Sexo en Semana Santa, mitos y realidades


Hablar de sexo y relaciones sexuales siempre genera controversia y más cuando se asocia con algo religioso. Por eso, desde que tenemos conocimiento se dice “que no se puede tener relaciones sexuales en Semana Santa”, pero ¿por qué? ¿Es cierto?

Estas creencias, impuestas por el imaginario católico, con el paso del tiempo se han convertido en mitos y han perdido fuerza, gracias a que actualmente existe la posibilidad de rebatir y de explicarlas, inclusive con argumentos científicos.

A continuación, recolectamos los principales mitos sobre la Semana Santa relacionados con el sexo y la realidad de estas situaciones.

Sexo en Semana Santa, mitos y realidades

1. No pueden tener sexo en Semana Santa porque se quedan pegados: uno de los principales mitos que existen sobre la Semana Santa es que no se puede tener relaciones sexuales porque la pareja se queda pegada. ¿Qué tiene esto de cierto? Pues, la posibilidad de quedarse pegado sí existe, pero esto sucede cuando hay un problema físico o psíquico producido en la mujer, que puede ocasionar que durante el acto ocurra una contracción involuntaria en ciertos músculos vaginales. Estos pueden aprisionar el pene y, por supuesto, la pareja se queda pegada, pero puede ocurrir en cualquier época del año y para solucionarlo solo se debe tomar un relajante muscular y liberar al compañero.

2. Tener sexo en Semana Santa es pecado: los cristianos católicos creen en la existencia de un “infierno” (lugar donde van todos los pecadores que no se entregaron a Jesús antes de morir); entonces según los cristianos es pecado tener relaciones sexuales en Semana Santa y (peor si es Viernes Santo) por lo que muchos aseguran que si se tiene sexo en estas fechas, es seguro que te vas al infierno.

Según un articulo publicado en Las Estrellas, y en el que cita al padre José de Jesús Agulilar, este afirma que el sexo sí está permitido en estas fechas, sin embargo plantea que los encuentros deben estar motivados por el amor y luego de estar casados.

Otros mitos
Sexo en Semana Santa, mitos y realidades

1. No se come carne. Esta es una tradición de 1950, que surge porque desde ese entonces el viernes era un día de recogimiento por la muerte de Jesús y se realiza un sacrificio; para muchos era no salir, para otros abstenerse de comer algo que por tradición es apetecible era otra forma de sacrificio; a pesar de que actualmente estos sacrificios no son realizados por la mayoría, sí existen otros como el ayuno, la abstinencia de algunas cosas, etc.

2. Es buena época para cortar el cabello. Según el portal Publimetro también se piensa que cortar el cabello en estas fechas hace que crezca perfecto. Pero la realidad es que eso tiene que ver más con el tiempo de la luna menguante. El mito tiene origen en los pueblos agrícolas, en los que se veía que lo que funcionaba para las plantas podría funcionar para el cabello. Pero no hay un estudio científico que pueda comprobar esto hasta la fecha.

3. No se puede salir y disfrutar. Aunque muchos entiendan que Semana Santa es un tiempo de recogimiento, otros lo toman para vacacionar. Pero, por mandato, solo se puede escuchar música cristiana y no tener ninguno de los placeres mundanos.

4. No se juega. Un artículo publicado por Luz Lancheros asegura que no se puede participar en juegos de azar o se arruinará: Judas Iscariote también le dio mala fama a todos aquellos que de ahí en adelante quisieran obtener dinero de lo que pudiesen apostar, vender u ofrecer. Incluso a los que quieren jugar póquer sin dinero de por medio.

5. No se hace oficios en la casa. Aunque este es un mito conveniente para muchos, es solo un mito que viene de la Biblia, cuando Marta, la hermana de María, le decía a Jesús que esta debería ayudarle un poco en sus oficios. Para Jesús fue más importante que ella dispusiera de tiempo para su palabra y luego sí, el trabajo. En la tradición católica esto “distrae del recogimiento”. Incluso, no se podía viajar. El historiador Álvaro Valencia, entrevistado, en el periódico La Patria, dijo que algún viajero con mala suerte se inventó algún cuento de espantos para justificar su mal día y se transformó en un mito.

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