Por: Edwin Florián
Despierta EL Sur.- Una adolescente de 15 años de edad, fue la primera persona en dar a luz este año 2022 en la provincia San Juan, en el hospital Dr. Alejandro Cabral.
El nacimiento de un bebé se produjo a las 12:55 de la madrugada de este primero de enero.
En ese sentido, en el país el primer nacimiento que se registró en el año, también fue una adolescente de 14 años de edad, lo que representa una problemática social con los embarazos en la adolescencia.
La pobreza se repite tras el embarazo en menores de edad
De acuerdo al estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) 2020 “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en seis países de América Latina”, el embarazo adolescente y su consecuencia inmediata, la maternidad temprana, configuran uno de los mayores desafíos sociales, políticos y económicos para los países de América Latina y el Caribe.
Cita que cuando una adolescente se convierte en madre, sus derechos sexuales y reproductivos, y sus derechos a la salud, educación, entre otros, se ven vulnerados a corto plazo. Sin embargo, las consecuencias se dan también a mediano y largo plazo.
En el plano familiar o núcleo primario, el documento explica que el embarazo en la adolescencia se asocia con la reproducción de la pobreza intergeneracional, ya que los hijos e hijas de madres adolescentes también suelen alcanzar menos años de educación formal, lo que probablemente dificulte su acceso a mejores condiciones de empleo en el futuro.
Además, las madres adolescentes y sus hijos suelen tener dificultades en el acceso a la vivienda perpetuando así vulnerabilidades de diversa índole. A nivel macro, el embarazo en la adolescencia impacta disminuyendo la participación de estas mujeres en el mercado formal de empleo, lo cual se traduce en una pérdida de productividad potencial y en una mayor dependencia de programas sociales.
En el prólogo del estudio se explica que la maternidad temprana involucra mayores riesgos para la salud de la madre y del(a) niño(a) y, por lo tanto, mayores costos asistenciales en salud.
Adicionalmente, los embarazos tempranos se asocian con abandono escolar y menor rendimiento escolar. Un menor nivel educativo limita las oportunidades laborales de la mujer, llevando a menores niveles de participación en el mercado de trabajo formal, menores niveles de remuneración y, con frecuencia, a vivir con una gran carga de trabajo doméstico no remunerado. Paralelamente, al tener menores ingresos, son menores sus contribuciones de impuestos directos e indirectos.
Asimismo, es probable que las jóvenes queden atrapadas en un círculo vicioso de pobreza y exclusión, que las afectará principalmente a ellas, pero que también limitará las oportunidades de sus hijos y, de forma agregada, dada la magnitud del embarazo adolescente en la región, afectará la realidad de sus comunidades y países.