SANTO DOMINGO.- 168 boletines y 1,801 muertes después, las autoridades de Salud Pública hacen una aclaración que pone en duda la fiabilidad de las informaciones que desde marzo se han ofrecido sobre el COVID-19 en el país: las defunciones reportadas diariamente no corresponden a la jornada anterior sino que incluye acumulados.
Esta situación ocurre porque para contabilizar una muerte como COVID-19 se debe abrir un proceso de investigación que requiere la emisión de acta de defunción.
“Generalmente las muertes por COVID no se reportan el día que ocurren porque el equipo de epidemiología debe seguir un proceso de seguimiento y verificación de la causa de la muerte. A eso se suma que hay que esperar varios días, y todos lo sabemos, para recibir el acta de defunción y con esa es que se hace la indagatoria correspondiente en el establecimiento de salud”, dijo hoy la viceministra de salud colectiva, Ivelisse Acosta.
Lo explicó durante una rueda de prensa convocada por Salud Pública para aclarar que las 36 muertes reportadas ayer –y que los medios reseñaron como nuevo récord de fallecimientos en un día-, ocurrieron entre el 23 de julio y 23 de agosto, 10 días antes a su divulgación.
“En el boletín 168, correspondiente al miércoles 2 de septiembre, se notificaron 36 defunciones. Estas defunciones que se notificaron ese día, porque es el día que cayeron al sistema por notificación, ocurrieron entre el 23 de julio y el 23 de agosto”, dijo la funcionaria.
Pero no fue un caso aislado sino que, de acuerdo a las explicaciones ofrecidas por Acosta y por el director nacional de epidemiología, Ronald Skewes, “la explicación con relación a estos 36 va igual en relación a otros porque es el mismo proceso”.
Esto quiere decir, según las autoridades actuales, que los boletines nunca han reflejado la realidad diaria de las muertes sino de las que “caen” al sistema.
En este contexto, es válido recordar que en reiteradas ocasiones el anterior ministro, Rafael Sánchez Cárdenas, llamó la atención de las clínicas y las direcciones provinciales de salud por retrasos en los reportes diarios.
Según explicaba el ministro en esos momentos, cada boletín reflejaba lo ocurrido hasta las 4:00 de la tarde del día anterior.
De hecho, en ocasiones periodistas le preguntaban si la muerte de una u otra persona estaba incluida en las cifras entregadas y su respuesta fue que no, que había ocurrido luego de la hora del corte y que por tanto estaría en el boletín del día siguiente.
Pero en una ocasión Sánchez Cárdenas aclaró que había retrasos reflejados en un boletín.
“En las ruedas de prensa les he estado ratificando a clínicas y hospitales que tiene que acogerse a la normativa que establece 24 horas para hacer el reporte al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Eso da efectividad, eso da claridad y les cierra el paso a aquellos que quieren usar esta epidemia para hacer política o cualquier tipo de opinión”, dijo en ese momento, pero no dijo que era lo habitual.
Y hay más. Al hablar hoy de la razón detrás de esta dinámica de reportes, Acosta afirmó que los retrasos no se pueden atribuir a fallos del personal. No obstante, al quejarse sobre las faltas de este tipo Sánchez Cárdenas de forma enfática condenaba la acción y llegó a decir que se trataba de rezagos del personal.
“Poder notificar prácticamente en tiempo real un fallecimiento implica un esfuerzo extraordinario y todos sabemos las limitaciones que nuestro sistema de salud tiene”, dijo hoy Acosta.
Pero dijo que trabajan para mejorar eso, que el equipo de estadísticas hará cambios en el reporte para incluir renglones que den mayor claridad a las cifras. “No vamos a escatimar el esfuerzo para dar información de calidad confiable y transparente”, se comprometió.
Lo complejo de estas aclaraciones es que dejan a la opinión pública con más preguntas que respuestas sobre la data manejada hasta el momento.
Entre estas inquietudes se puede mencionar que no se sabe a ciencia cierta cuáles han sido los meses y días con mayor cantidad de muertes por COVID-19, debido a que explicaron hoy que al recibir un reporte de muerte lo incluyen en el día en que ocurrió así que constantemente se están actualizando las cifras divulgadas.
Que se desconoce qué ocurre, por ejemplo, con las muertes que no fueron notificadas ante la Junta Central Electoral por el cierre que tuvo la institución durante la pandemia.
Tampoco se sabe qué tanto retraso hay al día de hoy con las cifras de muertes.
Y, finalmente, queda la duda si durante todo este tiempo fue por omisión o por intencionalidad que las autoridades no aclararon la situación y permitieron a la prensa hablar de muertes diarias a sabiendas de que, según se afirma ahora, es casi imposible tener reporte tan actualizado.