Putín anunció que Rusia aprobó la primera vacuna contra el coronavirus

Agregó que tuvo un poco de fiebre “y nada más”. Según detalló, su hija tuvo una temperatura de 38°C (100,4 Fahrenheit) en el día de la primera inyección, que bajaron a 37 grados al día siguiente. Tras la segunda inyección volvió a tener una leve subida de la temperatura, pero eso fue todo. “Se siente bien y tiene un alto número de anticuerpos”, añadió Putin. No especificó cuál de sus dos hijas -Maria o Katerina- se había vacunado.

Esta vacuna será distribuida el 1 de enero de 2021, según el registro nacional de medicamentos del ministerio de Salud, consultado por las agencias de prensa rusas. Las autoridades rusas también han dicho que la producción de la vacuna a gran escala comenzará en septiembre, y las campañas masivas de vacunación empezarían a partir de octubre. Personal sanitario, profesores y otros grupos de riesgo serán los primeros en recibirla, aunque el mandatario insistió en que la aplicación será voluntaria.

Es probable que el proyecto enfrente un mayor escrutinio por parte de la comunidad científica, dado que el sistema regulador ruso es mucho más opaco que los de Occidente.

En las primeras reacciones al anuncio, la Organización Mundial de la Salud señaló que la fórmula, como el resto, deberán seguir los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.

Las pruebas comenzaron a mediados de junio en un prestigioso hospital militar en Moscú, con un grupo de voluntarios compuesto, principalmente, por militares rusos, pero también por algunos civiles. Un segundo grupo de 20 voluntarios, que fueron vacunados el 23 de junio, completó la fase a finales de julio. Rusia no ha publicado datos científicos que prueben la seguridad o eficacia de sus fórmulas.

En ese sentido, la vacuna rusa anunciada hoy no figuraba entre las seis que según señaló la OMS la semana pasada estaban más avanzadas. El organismo con sede en Ginebra citó entre esas seis a tres candidatas a vacunas desarrolladas por laboratorios chinos, dos estadounidenses (de las farmacéuticas Pfizer y Moderna) y la británica desarrollada por AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.

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