Una pequeña beba de solo 3 meses de vida recibe una milagrosa sanidad luego de que sus padres oraran por ella frente a su estado crítico.
Los padres de la pequeña Paisley, Carissa y Mateo Hatfield, comenzaron a notar que algo no andaba bien cuando su beba lloraba o reía uno de sus ojos no cerraba junto a su boca que quedaba inmovil de un solo lado de su rostro.
Cuando los padres notaron lo que sucedía la llevaron rápidamente al Hospital Infantil de Cincinnati en Liberty Township donde comenzaron a investigar lo que sucedía mediante una resonancia magnética y una tomografía.
Como resultado los médicos determinaron la existencia de un nódulo cerebral nocivo estaba produciendo dichas consecuencias. Su madre Carissa declaró que al recibir la noticia fue un hecho triste porque sabían que su hija de 3 meses no tenía escapatoria ni posibilidades de vida.
Su padre Mateo estaba muy preocupado porque no tenía certeza de lo que pasaría con su hija, entonces decidió aferrarse la oración. El matrimonio pasó todo el fin de semana en oración y el lunes volvieron al hospital a retirar el resultado de los análisis de su pequeña bebé.
La madre cuenta que cuando ingresaron al consultorio del Médico él tenía una expresión muy confusa. El cirujano los recibió y entonces aseguró que sus oraciones a Dios habían sido oídas porque el resultado de los análisis fue negativo.
El resultado indica que no hay nada allí y el médico sostiene que no encuentra ninguna explicación para lo sucedido. Además el médico dice que nunca ha visto algo así en su vida.
El hospital redactó un comunicado explicando que los médicos que intervenían el caso esperaban la peor noticia como consecuencia del nódulo nocivo allado en su cerebro. Sin embargo, los cirujanos volvieron a examinar la zona afectada y no lograron ver nada. Esta buena noticia fue comunicada de inmediato por los médicos a la familia de la pequeña.
El padre de Paisley asegura que esto es un verdadero milagro de sanidad y agradeció a Dios por haber escuchado sus oraciones y haber liberado a su hija. Toda la gloria sea para Dios, exclamó al padre.