La muerte los separó de la manera más cruel y dolorosa, cuando luchaban por su vida ante la violenta llegada del Huracán Dorian a las Bahamas, donde él se dedicaba a pescar. Howard Amstrong vio morir ahogada a su esposa sin poder hacer nada; perdió todo lo que tenía.
Con el corazón destrozado narró la desesperación e impotencia de ver morir ahogada a su esposa Lynn, y dejar atrás su hogar, que quedó totalmente sumergido bajo el agua, luego de que el Huracán Dorian azotara sin piedad a Bahamas.
“Seguí con ella, y ella simplemente se ahogó frente a mí”, relató el hombre devastado.
La pareja se había resguardado ahí, el único lugar en su hogar donde sus cabezas alcanzaban el techo y podían sacar la cabeza del agua, que les llegaba hasta el cuello.
"Estábamos bien hasta que el agua siguió subiendo y todos los electrodomésticos circulaban por la casa como una lavadora", dijo el pescador de cangrejos.
Después de que fue testigo de cómo su esposa se ahogaba, Amstrong decidió arriesgarse y nadar hacia afuera de su casa, donde, por sorpresa, su bote de pesca permanecía amarrado, y en el cual pudo ponerse fuera de peligro.
Sin embargo, y a pesar de los riesgos que aún existen en la isla, debido a los cables de electricidad caídos, y demás peligros, Howard Amstrong se niega a abandonarlo hasta que recupere el cuerpo de su esposa.
De acuerdo al primer ministro de las Bahamas, Hubert Minnis, el número aproximado de muertos por la furia del huracán Dorian es por lo menos de 7.