Autor: J. F. Encarnación
Versículo Clave: " Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos." (Marcos 8:22-25 RVR 1960).
En el pasaje de Marcos 8:22-25, encontramos la historia de un ciego que, después de que Jesús le tocó, comenzó a ver, pero de una manera incompleta. Aunque ya no estaba completamente ciego, al principio veía a los hombres como árboles que caminaban. Jesús, con paciencia y compasión, lo tocó nuevamente y restauró su visión por completo. Esta historia nos recuerda que, aunque el proceso de sanación o restauración en nuestras vidas puede ser gradual, Dios no ha terminado contigo. Aunque puedas sentir que no tienes toda la claridad o sanación que esperabas, Dios está trabajando en ti y no se detendrá hasta que complete su obra.
Miguel, un joven que luchaba con ansiedad e inseguridad, sentía que su vida no tenía propósito. Al comenzar a asistir a la iglesia, experimentó el toque de Dios, pero aún veía su vida de manera distorsionada, como el ciego de Betsaida. Con el tiempo, y el apoyo de la comunidad cristiana, Miguel comenzó a experimentar una sanación progresiva. Sus pensamientos se alinearon con la verdad de Dios y empezó a ver la vida con mayor claridad. Hoy, comparte su testimonio de cómo Dios restauró su mente, propósito y confianza, aprendiendo que, aunque la sanación fue un proceso, Dios no había terminado con él.
Quizá hoy te sientas como Miguel o como el ciego de Betsaida, viendo las cosas de manera incompleta. Tal vez te preguntas si alguna vez llegarás a ver todo con claridad o si tus dificultades alguna vez se resolverán por completo. Pero quiero recordarte algo: Dios no ha terminado contigo. Él está en medio de su obra en tu vida, y aunque puedas sentir que te falta algo o que las cosas no están como quisieras, confía en que Él no te abandonará hasta que te restaure completamente. Como dice Filipenses 1:6: "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". Él te ha comenzado una obra que, sin duda, llevará a cabo hasta el final. Sigue buscando su toque, y verás cómo Él completa la obra que ha comenzado en ti.
Oración: Señor, gracias por ser paciente conmigo y por no rendirte a pesar de mis luchas. A veces siento que no tengo claridad o que la sanación que necesito lleva demasiado tiempo, pero hoy te pido que sigas tocando mi vida y restaurándome. Ayúdame a confiar en que Tú no has terminado conmigo y que tu propósito sigue vigente. Gracias por ser fiel y por continuar obrando en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.