La salud mental ejerce influencia en nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Repercute en nuestras conexiones interpersonales, nuestra eficacia en el trabajo y nuestra habilidad para enfrentar situaciones diarias. Al momento de descuidar nuestro bienestar emocional, somos susceptibles a caer en estados de ansiedad, depresión o estrés crónico, cada uno de estos elementos conduce a deterioro progresivo de nuestra calidad de vida y limitan nuestro potencial.
La salud mental es un componente esencial del bienestar general de las personas y se ve afectada por diversos factores sociales. El entendimiento de estos factores requiere analizar el impacto de las dinámicas sociales, culturales y políticas en la vida cotidiana de las comunidades.
El estrés derivado de los desafíos sociales puede manifestarse en diferentes trastornos emocionales dentro del núcleo familiar. En el esfuerzo de garantizar la seguridad y el bienestar de sus hijos, los padres pueden experimentar ansiedad, mientras que los niños y adolescentes pueden presentar síntomas de depresión o conductas diferenciadas como respuesta a un entorno hostil o inestable. La tensión constante puede deteriorar las relaciones familiares, desencadenando problemas internos en perjuicio de la salud mental de todos los miembros.
Del mismo modo, al momento en que las familias carecen de asistencia apropiada y medios para enfrentar estas dificultades sociales, puede acrecentarse el empeoramiento emocional y mental. La sensación de impotencia ante las dificultades del entorno contribuye a disminuir la autoestima y aumentar el riesgo de trastornos mentales en todos los integrantes familiares.
En términos generales las comunidades vulnerables experimentan problemas como pobreza, inseguridad, falta de acceso a servicios básicos, discriminación y exclusión social. Estos factores generan un ambiente de estrés constante para las familias, quienes deben lidiar con preocupaciones diarias relacionadas con la supervivencia, la seguridad y el acceso a oportunidades. La exposición a largo plazo de estas condiciones puede generar sentimientos de desesperanza, ansiedad y tristeza en los integrantes familiares.
La abundancia o escasez económica en una comunidad influye directamente en la salud mental. La movilidad social, si bien puede ser vista como una vía para superar las clases sociales, también puede generar incertidumbre y presión social que afectan el balance psicológico.
¿Sabías que el ejercicio regular más que fortalecer tu cuerpo, mejora tu mente? La actividad física desata endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, encargadas de reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Caminar, correr, bailar o practicar deportes ayuda a disminuir síntomas de ansiedad y depresión, además de mejorar la calidad del sueño y aumentar la autoestima.
Los factores sociales derivados del contexto económico y cultural influyen profundamente en la salud mental individual y colectiva. Las desigualdades sociales, las condiciones económicas fluctuantes y las barreras culturales son elementos clave que pueden generar o agravar trastornos mentales en las comunidades.
Cabe destacar como un punto fundamental para mejorar el bienestar psicológico en nuestras sociedades, lo constituye el fortalecimiento de la participación de las familias en organizaciones comunitarias en especial las juntas de vecinos. El trabajo en conjunto entre las familias y las juntas de vecinos, fomenta valores como la solidaridad, cooperación y empatía. Estos valores refuerzan las conexiones familiares y ayudan a establecer un entorno emocionalmente positivo donde cada miembro puede prosperar.
Edward Rodríguez
Presidente de la Junta de Vecinos San Juan Oriental
