Los efectos del cambio climático, como el incremento en la severidad y la repetición de precipitaciones extremas, ocasionan serios problemas para las poblaciones, las estructuras y los entornos naturales.
Las autoridades municipales, las instituciones encargadas del manejo del agua potable, la electricidad y otros servicios esenciales, así como las empresas instaladas en zonas vulnerables, deben actuar con prontitud y coordinación para mitigar riesgos y adaptarse a esta nueva realidad.
La gestión efectiva de estas emergencias requiere una estrategia coordinada entre la alcaldía, instituciones encargadas del manejo del agua, energía eléctrica y servicios básicos. En particular, cuando las inundaciones son provocadas por construcciones públicas o instalaciones comerciales con filtrantes, se requiere de medidas preventivas y acciones inmediatas para proteger a la población y reducir daños.
Esto incluye la identificación de zonas vulnerables a inundaciones y la implementación de medidas como la construcción de sistemas de drenaje eficientes, parques lineales que actúen como zonas de absorción y la restricción de construcciones en áreas propensas a deslizamientos o inundaciones.
Por ejemplo, en lo que respecta a las alcantarillas y desagües, no basta con sólo su instalación; debe haber un seguimiento para mantener en condiciones óptimas, ampliarse cuando sea necesario y diseñarse con una visión integral que considere el aumento en la intensidad y frecuencia de las lluvias. La inversión en infraestructura verde reduce el impacto de las inundaciones. Los parques lineales, humedales urbanos y techos verdes absorben excesos hídricos.
Es fundamental que las instituciones públicas inviertan en la mejoría y mantenimiento de las redes de agua, alcantarillado y energía, priorizando sistemas resistentes a fenómenos climáticos adversos. Esto incluye la instalación de alcantarillas con capacidad ampliada, sistemas de drenaje eficientes y protección contra inundaciones, asegurando que las instalaciones sean capaces de resistir situaciones extremas sin colapsar.
La Alcaldía debe identificar zonas vulnerables y promover la construcción de infraestructura con capacidad de adaptarse bien a la adversidad, como sistemas de drenaje adecuados y barreras contra inundaciones.
Esto implica restringir construcciones en áreas propensas a desbordes y al mismo tiempo establecer zonas de amortiguamiento natural, como humedales y parques, las cuales actúen como barreras naturales contra el agua.
Es esencial fortalecer las regulaciones sobre permisos de construcción, asegurando que los proyectos públicos o privados sin alterar los sistemas naturales de drenaje, ni utilizar filtrantes que puedan obstruir o desviar el agua que podría fluir en exceso.
Cuando se detectan filtrantes instalados en construcciones públicas o negocios que contribuyen a obstrucciones en los sistemas de drenaje, las autoridades deben actuar inmediatamente para retirar o modificar estos elementos, garantizando un flujo adecuado del agua.
Implementar soluciones basadas en infraestructura verde (como jardines pluviales y canales permeables) ayuda a absorber el exceso de agua.
Esto implica mantener y ampliar las redes de alcantarillado para evitar colapsos durante lluvias intensas, así como implementar sistemas de monitoreo en el tiempo transcurrido para detectar fallas o sobrecargas.
Es imprescindible hacer inspecciones periódicas en alcantarillas, desagües pluviales y otras instalaciones críticas para prevenir obstrucciones o fallas que agraven las inundaciones.
Es imperativo que se realicen diagnósticos precisos sobre las zonas más vulnerables y se implementen sistemas de alerta temprana, para permitir actuar con anticipación ante eventos extremos.
El cambio climático exige una respuesta urgente, coordinada y adaptada a las particularidades locales. Solo mediante un esfuerzo conjunto entre autoridades municipales, instituciones especializadas y el sector privado será posible reducir pérdidas humanas, económicas y ambientales ante lluvias cada vez más intensas e impredecibles. La acción temprana protege vidas y garantiza un desarrollo sostenible para futuras generaciones.