Priscila Martínez había sido vista por última vez con vida a fines de febrero. La adolescente de 15 años salió ese día de su casa en el barrio Los Lagos, en la ciudad santiagueña de La Banda , junto a su tío Rubén Ávila. Luego, ya nada más se supo de la joven y su familia comenzó una intensa búsqueda en redes sociales para encontrarla. Ayer por la tarde, se conoció el peor final. La víctima estaba enterrada en un pozo en la vivienda de Ávila, quien ya estaba detenido como sospechoso de la desaparición de la menor y tenía antecedentes por violencia de género .
Ávila ya había sido indagado por un familiar de la joven. "No sé tío, la dejé en el canal y me fui. No sé a dónde se habrá metido", le habría respondido el hombre según consigna el medio local Nuevo Diario web . Pero los vecinos del carpintero aseguraban que habían visto entrar a la adolescente a la casa del sospechoso y que Priscila no había salido.
Ávila, junto a otro sospechoso, finalmente quedó detenido por averiguación de paradero de la joven ya que quien fue el último que la vio con vida. Además, el hombre tendría denuncias previas por abuso sexual, informaron fuentes policiales a Télam.
En la escena del crimen estuvo presente la fiscal Natalia Saavedra, coordinadora de la Unidad Fiscal de La Banda, junto a efectivos de la Policía de Santiago del Estero. Los restos de la adolescente estaban enterrados en un pozo recientemente cubierto de cemento dentro de la habitación de su familiar. El cuerpo de Martínez fue reconocido por su madre a partir de un tatuaje particular.
Con el reciente hallazgo, son al menos 14 las mujeres víctimas de femicidios cometidos o descubiertos desde que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus en el país, el pasado 20 de marzo.