Por Mary Lenny Rodriguez
Lcda. Contabilidad
Esta frase es muy popular en el pueblo dominicano, hace unos días el clamor de diversos sectores de la población era la indignación por los altos salarios de los funcionarios y hoy el grito de alegría por los cambios de algunos de estos que “no estaban haciendo bien sus funciones”.
Si bien es cierto que algunas instituciones públicas tienen carácter autónomo por leyes pasadas, no dejan de ser cargos estatales pagados con el dinero del pueblo; el Gobernador y Vicegobernadora del Banco Central, seguidos del Superintendente de Bancos están dentro de los sueldos más alto del sector público en el país ascendente a más de un millón de Pesos (RD$1,000,000.00), sumándole a esto los pagos de dietas, representación, combustibles, entre otros inherentes a sus cargos.
Paradójicamente nuestro Presidente de la República Luis Rodolfo Abinader Corona, siendo el representante del estado hasta el momento su salario bruto es de cuatrocientos cincuenta mil pesos RD$ 450,000.00 según Ley No. 105-13 sobre Regulación Salarial del Estado dominicano.
El mundo está saliendo de una pandemia, tenemos una guerra entre Rusia-Ucrania; en la actualidad el posible conflicto que enfrenta China- Taiwan y E.U., la economía global está siendo afectada por una alta inflación creciente y sostenida, que ha obligado a los Bancos Centrales a elevar la tasa de interés de política monetaria, esto produce a su vez una desaceleración de la economía con alta inflación, lo que conocemos como “estanflación”. Por estas razones no es el momento más idóneo de hacer aumentos tan elevados como hicieron estos funcionarios que más que alegría para el pueblo, genera descontentos a los que día a día se levantan con el “Jesús en la boca” para poder comprar por lo menos la comida del día.
El pueblo dominicano espera un cambio en las leyes y normas que regulan la política salarial del sector público autónomo y descentralizado, de manera que se cierre la puerta a la imprudencia, a la ambición desmedida que crean desigualdades, inconformidades y que ponen en peligro la paz, estabilidad social y política del país.