Brandon Hendricks, estrella del baloncesto de 17 años de edad, fue asesinado el pasado domingo en el Bronx (Nueva York) y su muerte evidenció el reciente aumento de la violencia armada que ha sacudido a toda la ciudad.
Hendricks, quien obtuvo el graduado escolar la semana pasada, recibió un disparo en el cuello y fue declarado muerto en un hospital local. Según su familia, el adolescente asistía a una barbacoa de cumpleaños de un amigo cuando fue baleado. La Policía aún no ha podido identificar al autor del tiroteo, pero afirmó que el joven fue una víctima inocente, que estaba en el lugar equivocado, recogen medios locales.
Por su parte, el entrenador de Hendricks, Nigel Thompson, acudió este lunes a las redes sociales para rendirle homenaje. Calificó al fallecido como "un joven carismático y humilde" y afirmó que como jugador era "nuestro líder dentro y fuera de la cancha durante las últimas dos temporadas".
"Estoy bastante seguro de que las balas que le quitaron la vida a Brandon no eran para él. No era ese tipo de niño. Pero esas balas no deberían haber sido para nadie. Necesitamos encontrar una manera de hacer que nuestros hermanos jóvenes valoren no solo la vida de los demás, sino que también valoren sus vidas", escribió Thompson en Instagram.
Tiroteos en la ciudad
Según manifestó el comisionado de la Policía, Dermot Shea, en una entrevista, durante la semana pasada se registraron 65 tiroteos en la ciudad, que representa más del doble de los 26 reportados durante el mismo período del año pasado.
"No hemos visto esto desde 1996″, indicó, por su parte, el jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Terence Monahan. "Hay muchas razones para ello", agregó.
Según Monahan, hay unas 1.200 personas en las calles de Nueva York acusadas de portar armas de fuego, mientras que otras 800 fueron arrestadas, pero no fueron procesadas debido a fallos en el sistema judicial.