Las descargas de las aguas residuales producidas por los hogares sin tratamiento previo afectan a la salud, la economía y el medio ambiente. Las aguas negras que van al sistema del alcantarillado y no son tratadas podrían terminar vertidas en ríos, cañadas o el mar, ocasionando la contaminación de las aguas y el ecosistema.
En su último informe sobre agua potable y saneamiento, la Oficina Nacional de Estadística (ONE) revela que en 2022 el 73% de los hogares dominicanos utiliza el método del pozo séptico para verter las aguas residuales, mientras que solo el 21.7% utiliza el alcantarillado público, donde se transportan todas las aguas negras para su tratamiento.
El agua residual producida es aquella cuya calidad y composición original han sido alteradas como resultado de su uso. La institución gubernamental estima que el 80% del agua potable que se produce se convierte en agua residual.
La Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar) señala que el 75.35% de las casas recibe el servicio de agua potable a través de acueductos públicos para labores de limpieza e higiene. Sin embargo, el acceso al agua varía según la ubicación geográfica, con un 4.2% en zonas rurales teniendo conexión a alcantarillado público en comparación con el 23% en zonas urbanas.
Además, la encuesta indica que el 24.65% recibe agua potable de otras fuentes, con el 6.90% adquiriendo el líquido a través de un pozo popular y el 5.40% mediante un camión tanque. Por debajo del 3%, los dominicanos obtienen agua a través de arroyos, canales o ríos, u otros métodos menos convencionales.