En medio de la reciente pandemia por el coronavirus, Rusia debe enfrentar un nuevo desastre, se trata de la fuga de combustible en el Ártico que obligó al gobierno a decretar el estado de emergencia.
La fuga de 21.000 toneladas de combustible diésel de la central termoeléctrica de Norilsk, en el Círculo Polar ártico ha sido considera el mayor desastre ecológico de Rusia.
En torno a ello, el presidente ruso, Vladímir Putin, expresó su indignación por el caso y ha exigido explicaciones al gobernador de la región de Krasnoyarsk, Alexandr Uss.
’¿Qué se va a hacer? Usted es el gobernador. Espere un segundo. En su opinión, qué fue lo que pasó y por qué las autoridades solo se enteraron dos días después? ¿Es que vamos a tener que enterarnos de las emergencias por medio de las redes sociales ¿Sabe lo que pasa allí? ', cuestionó.
La autoridades han venido retirando los restos del combustible y la tierra que ha sido contaminada en los ríos Ambárnaya y Daldykan.
Al respecto, Uss informó que lamentablemente las autoridades locales no podrán hacer mucho por intentar solucionar la trágica situación en el tiempo que se tiene estimado.
Asimismo, admitió que no tiene un plan sobre las acciones que tomará en los terrenos contaminados. 'Es un área aislada. No hay acceso ni por carretera ni por ferrocarril', explicó Alexander Lobach, funcionario de protección civil.