El presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó eliminar al mayor general iraní Qassem Soleimani como represalia por el ataque contra una base militar estadounidense en Irak que fue perpetrado el 27 de diciembre por la milicia Kataib Hezbolá (KH) y se cobró la vida de un contratista estadounidense. Así lo reporta Bloomberg con referencia a tres personas familiarizadas con el asunto que hablaron con la agencia bajo condición de anonimato.
De acuerdo con la agencia, Trump consideró que al matar a este ciudadano de EE.UU. la República Islámica, que apoya a la KH, «había cruzado una línea roja», por lo que ordenó a sus principales asesores elaborar un plan de ataque contra el mayor general iraní Soleimani.
Cabe mencionar que Washington culpa a Soleimani de la muerte de cientos de estadounidenses y de miembros de la coalición, ya que era el jefe de e la Fuerza Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI), una división de élite que se dedica a la Inteligencia militar, así como a las operaciones especiales fuera de Irán.
Cómo se planeó el ataque
El ataque aéreo contra Soleimani se estuvo planeando en plena semana de vacaciones navideñas por lo que los involucrados estaban dispersados por todo EE.UU. y estaban en contacto usando líneas de comunicación seguras.
Entre los asesores de Trump que planearon el ataque, según el medio, estaban: el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney; el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien; y el secretario de Estado, Michael Pompeo; el vicepresidente Mike Pence.
El jueves, día del asesinato del mayor general Soleimani, un avión de la flota de la Casa Blanca transportó a O’Brien desde California a Palm Beach para que estuviera con Trump mientras se desarrollaba el ataque.
Asimismo, el medio señala que en la planificación del ataque «participó un reducido número de abogados en el Consejo de Seguridad Nacional», ya que «el secreto era primordial».
No obstante, el partido rival de Trump le ha criticado por no haber consultado esta decisión con el Congreso. En opinión de los demócratas, el asesinato de Soleimani tiene graves consecuencias y pone en peligro a diplomáticos y tropas estadounidenses en Oriente Medio y más allá.
Dentro de la Administración Trump también existe preocupación por las posibles represalias de Teherán dentro de las fronteras estadounidenses. El Departamento de Seguridad Nacional —que es parcialmente responsable de disuadir posibles represalias iraníes en suelo estadounidense— tampoco fue notificado del ataque contra Soleimani, solo tuvo conocimiento después de que fuera efectuado.
Los funcionarios de comunicaciones de la Casa Blanca fueron excluidos de la planificación. Ningún Gobierno extranjero fue avisado del ataque antes que fuera realizado.«Objetivo de oportunidad»
Un funcionario estadounidense ha dicho a Bloomberg que el Ejército no ha estado monitoreando a Soleimani durante toda la semana, sino que lanzó el ataque cuando la Inteligencia indicó que estaría en el aeropuerto de Bagdad, en el léxico militar como un «objetivo de oportunidad».
Estados Unidos lo habría sabido tan pronto cuando Soleimani aterrizó en Bagdad, según dos personas familiarizadas con el asunto.
Soleimani fue el objetivo principal del ataque —que se perpetró a las afueras del aeropuerto de la capital iraquí— pero junto a él perdieron la vida Abu Mahdi al Muhandis, el líder de la milicia chiita Kataib Hezbolá que había atacado la base militar estadounidense; y otras 10 personas.