El polvo del Sahara afecta anualmente la región del Caribe, se forma principalmente al norte de África debido a las bajas presiones de aire que propician una polvareda de arena. Por la convección de las masas de aire en el desierto, las partículas de arena forman capas elevadas en la atmósfera donde son arrastradas por el aire hacia diferentes partes del mundo.
Heriberto Florián, pronosticador de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), dijo que es normal que el polvo del Sahara llegue al país, principalmente en los meses de junio y julio. Expuso que “casi siempre viene luego de una onda tropical” y que no necesariamente tiene que ser del Sahara, sino que también puede provenir de Israel, aunque es menos común.
Explicó que esta calima corresponde a partículas de polvo suspendidas en la atmósfera que se desplazan desde África hasta nuestra región aumentando la sensación térmica (aumenta la sensación del calor por la humedad del ambiente).
Sostuvo que en la próxima semana vendrá al país una nueva oleada de polvo, “los modelos indican que se aproxima una alta concentración hacia el Caribe que llegaría a mediados de semana”. No obstante, asegura que “en estos tiempos es común que llegue” una calima del Sahara.
Florián agregó que con la oleada de polvo seco se limitarán las condiciones de lluvia y aumentará la sensación humedad pegajosa en la población por lo cual el calor se sentirá con más fuerza.
Aclaró que desde el principio de primavera vienen oleadas del polvo a esta región, sin embargo, es más notorio durante los meses de junio y julio ya que es cuando viaja en grandes concentraciones.
Zonas afectadas por la calima.
El polvo es producido al colisionar el aire cálido del desierto con el aire fresco de la región de Sahel, al sur del Sahara, donde está ubicado el tercer desierto más grande del mundo y el más caluroso. En este, las partículas ascendentes se remolinan, los vientos alisios intensos comienzan a soplar hacia el oeste en el Atlántico norte donde es distribuido a diferentes partes del mundo según el curso del viento, de acuerdo con los avisos de tormentas de arena y polvo emitidos Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Pese a que al polvo se le atribuyen efectos negativos en al saluda de las personas como en el ambiente, los depósitos en la superficie también son una fuente de micronutrientes para el ecosistema continental y marino. Por tal razón, las partículas provenientes del Sahara podrían hasta servir de fertilizante en el bosque del Amazona debido a que el hierro y el fósforo que transporta favorecen la producción de biomasa marina en zonas de los océanos donde escasean esos elementos, según indica un reporte de la agencia EFE.