Como sabemos, la infidelidad es un problema recurrente entre los matrimonios, no importa el contexto ni mucho menos los detalles. Pues en el momento de la verdad, es inevitable buscar culpables, como si fuéramos testigos de una escena de un crimen. Debido a que ante un gran dolor como una infidelidad, en el calor de las emociones siempre buscamos un culpable ¿El esposo o la amante?
Ante un problema de pareja, siempre hay culpables, y regularmente la culpa se reparte por igual. Sin embargo, cuando hablamos de una infidelidad, la mujer engañada jamás será la culpable. Y no porque tenga alguna especie de inmunidad, sino porque fue la única ante esta escena que no rompió con el pacto de fidelidad cuando se dieron el sí frente a muchas personas, jurando amor para toda la vida.
Lo cual nos hace buscar culpables, ya que ante un gran dolor como lo es un engaño, no es tan fácil de asimilar, debido a que golpea directo a todo un sistema de creencias. Al saber de una infidelidad por parte de la pareja, es inevitable pensar que todo lo que dijo y todo lo que hizo, solo se convirtieron en mentiras, además de que nunca buscó la forma de arreglar el problema que causó el engaño.
Pues al hablar específicamente de una pareja que en la mayoría de los casos vive en matrimonio, y tiene un acuerdo de exclusividad no solo emocional sino que también intima, se va todo por la borda una vez que se ese sagrado pacto se ha roto. Y es aquí, cuando la mujer o persona engañada se pregunta, qué o quién causo tal caos dentro de su matrimonio, buscando algún culpable.
En el calor del momento, cuando una mujer engañada por su esposo busca algún culpable, siempre se señala a la amante. Sin embargo, para señalar a la amante como la exclusiva culpable, se tendría que cumplir ciertos requisitos, como el hecho de que se trate de una mujer muy cercana a la vida de la mujer engañada como la mejor amiga, la hermana, o algún pariente.
Que sabe que a pesar de la existencia de ese matrimonio, decidió tener un amor clandestino con un hombre casado y que además comparte un vínculo con la esposa. De lo contario, la culpabilidad no aplica, debido a que en muchas ocasiones, muchas mujeres son engañadas por los mismos hombres, al decirles que son hombres libres y sin compromisos, por lo que tienen un romance con un hombre casado sin saberlo.
Y a veces simplemente, las mujeres que se convierten en amantes, simplemente se enamoraron de hombre casado, por lo que no pudieron evitarlo, ya que nadie puede controlar de quien se enamora. Sin embargo, pueden controlar sus impulsos, además cabe recordar que todo en esta vida se paga con creces, sobre todo cuando hablamos de circunstancias cuando alguien más sale dañado.
EL MARIDO SIEMPRE ES EL CULPABLE
Cuando se trata de repartir la culpa, el hombre casado que fue infiel siempre estará en primera fila. Pues a pesar de que una mujer no tenga ningún remordimiento de ser la amante de un hombre casado, es el esposo quien debe de dar las explicaciones y sobre todo, te debe respeto, ante el compromiso que hicieron frente a un altar o en la firma de un papel.
Así que es importante recordar que una infidelidad no es culpa de la amante (en la mayor parte de las ocasiones) ni mucho menos tus fallas o problemas dentro del matrimonio, pues la infidelidad es una decisión que un hombre casado ha tomado conscientemente, él fue el que decidió engañarte y traicionar la confianza.