800 euros del ala va a costar hacerse con una de las nuevas PS5 Pro. Muchos usuarios —incluidos nuestros lectores— protestaban por ese precio, pero además añadían una observación lógica:
¿Cuesta ese dineral, y ni siquiera incluye lector de Blu-ray Disc?
Así es. A Sony no le ha temblado el pulso aquí, y la decisión nos recuerda otros movimientos similares que quisieron dejar atrás ciertos formatos. Apple es recordada por decir adiós antes que nadie a los disquettes, a las unidades de CD y DVD de sus Mac e incluso —tragedia total— al conector de auriculares.
En los últimos tiempos, no obstante, estamos viendo cómo Sony y Microsoft están apostando por un futuro sin juegos en formato físico. Las descargas digitales de videojuegos no paran de ganar terreno y apuntan a acabar con el formato físico.
Ya lo hacían en 2016, pero las cosas se están poniendo muy complicadas para esos discos: en 2023 el 95% de los videojuegos que se vendieron lo hicieron a través de las vías digitales. Y aun así, hay buenas razones para seguir confiando en el formato físico frente al digital.
Sony y Microsoft nos están enseñando el futuro. Y es uno (casi) sin discos
Sea como fuere, la realidad es la que es: Sony no le tiene ya mucho aprecio a los discos, y en julio despidió a 250 trabajadores de su división de negocio audiovisual en formato físico.
Puede que esa decisión no sea concluyente —la división se centraba en discos regrabables— pero el lanzamiento de una PS5 Pro sin unidad Blu-ray sí lo es. Podremos seguir comprándola de forma opcional, pero ese extra no sale nada barato: cuesta 120 euros.
Y ojo, porque Microsoft va en esa misma dirección. Las Xbox Series S tampoco incluyen un lector de Blu-ray, pero hay más. Los tres nuevos modelos anunciados en junio y que llegarán a finales de año confirman que las descargas digitales son el futuro.
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Es cierto que entre las presentadas estaba la Xbox Series X Galaxy Black con 2 TB de SSD y unidad óptica, pero la sorpresa fue contar con una Xbox Series X All Digital que por 499,99 euros con 1 TB de SSD… y sin unidad óptica.
Parece por tanto claro que tanto Sony como Microsoft nos están preparando para un futuro en el que los juegos en formato físico estarán desaparecidos, o casi. Es como si estuviéramos en una etapa de transición, y estas consolas quieren dejar claro que el futuro es digital.
En Microsoft al menos parece que no se desharán completamente de este tipo de opción. Phil Spencer, el máximo responsable de la división Xbox, comentaba hace en febrero cómo la estrategia de la compañía "no depende de que la gente se pase a lo digital", y añadió que "deshacerse de lo físico […] no es algo estratégico para nosotros".
Todos los rumores apuntan a que Microsoft aquí apostará por una consola de próxima generación que no al menos apunta a una variante portátil. Una al estilo de la Steam Deck, que ha desatado toda una fiebre entre los fabricantes de PCs gaming, que han copiado el formato para ofrecer propuestas alternativas.
Es precisamente un futuro que Nintendo nos enseñó convirtiéndolo en presente con la Nintendo Switch. En esa consola hay formato físico, sí, pero no es estándar: son cartuchos propietarios de la consola. Algo ayudan, pero las descargas digitales son también la gran alternativa para sus jugadores.
Se espera que la Nintendo Switch 2 llegue en 2025, y será interesante ver qué decisiones toma la empresa nipona en ese apartado. Si se siguen los ciclos tradicionales, veremos nueva generación de consolas de Microsoft y Sony en 2027, y en tres años ciertamente pueden cambiar muchas cosas.
Y a pesar de todo ello, el formato físico cada vez lo tiene más difícil. La alternativa de hecho parece ir más al juego en la nube, aunque de momento esté algo enquistado.
La desaparición del formato físico sería una tragedia
Eso, claro, impone desventajas preocupantes. Para empezar, la amenaza para las tiendas físicas de videojuegos. Pero es que es un golpe igualmente duro para los juegos de segunda mano.
Nada de dejarle un juego a un amigo o familiar, nada de comprar juegos usados en tiendas o en plataformas como Wallapop. No a menos que pases por el aro de los 120 euros que vale el lector externo. Y eso en esta generación: veremos en la siguiente.
La desaparición del formato físico tiene otro peligro: el de nuestra dependencia absoluta de estas compañías, que de buenas a primeras pueden banear tu cuenta y bloquear tu acceso a tu biblioteca de juegos.
O directamente, cierran tiendas digitales de sus viejas consolas —lo hizo recientemente Sony, y tú no te hagas la despistada, Nintendo— y nos dejan sin posibilidad de acceder a esos títulos. Por no hablar de servicios que prometían una revolución digital para luego acabar abandonándonos sin posibilidad de reacción. Qué penita, Stadia.
El formato físico es la única tabla de salvación de los videojuegos que acaban dejando de estar disponibles online, y su preservación será mucho más compleja si solo tenemos opción digital.