Santo Domingo, RD.- Varias víctimas hay sepultadas en el país a ‘costillas’ de la bebida adulterada. Muchas historias para contar han surgido a raíz de ese ‘trago de la muerte’ que le hace competencia al Covid-19. Ambas tienen a Constanza como escenario y a dos familias sumidas en la más profunda tristeza.
La de Nicolás Sánchez Segura, mejor conocido como Morenito está protagonizada por las lágrimas de su hija Estefanny. Ella se lamenta por su partida y le duele saber: “Que por un trago de ron mi papá no verá nacer a su nieta”. Lleva en su vientre un embarazo de seis meses y en su corazón un dolor que la agobia porque antes de venir al mundo ya su niña perdió a su abuelo.
“Él estaba feliz con la noticia. Soñaba con tener nietos y no pudo disfrutar de esa realidad porque la bebida lo mató”. Le gustaba el trago, es cierto. Sin embargo, no falleció por embriagarse, sino porque estaba adulterada la botella de un ron denominado Jíbaro, la cual consumió en un colmado del pueblo de Constanza.
Esto lo cuenta mientras contempla la camisa preferida de su padre. La imagen puede apreciarse gracias a que la tecnología también deja que se perciban los sentimientos, sobre todo ahora cuando el distanciamiento físico cumple su promesa.
Le gustaba leer
A pesar de ser un hombre de campo, no había tema que él no supiera tratar. De hecho, los hablaba con su compadre de la vida, el bachatero Frank Reyes. Sí, porque compartía bastante con él. A Dorka, la madre de los hijos de Morenito la criaron en la casa de la esposa del artista. La pareja no podía creer esta trágica noticia. Al igual que el resto de la familia, sus vecinos y todas las personas que le conocían lloraron la partida de Nicolás, quien ya había cumplido sus 50 años.
“Era un hombre trabajador, culto. Había que estar bien preparado para entender algunas cosas de las que hablaba. Pero sobre todo, era muy amable, educado y respetuoso, su único revés fue la bebida, y esa misma fue que lo mató”. Esa parte la cuenta Ángela, también hermana de crianza de la esposa del fallecido, cuya muerte engrosa la lista de 155 defunciones en el país por culpa del alcohol adulterado.