Una de las tradiciones más significativas de la Cuaresma es no comer carne, especialmente el Viernes Santo. La costumbre se basa en una regla de la Iglesia Católica que tiene origen en la práctica del ayuno como signo de penitencia y purificación.
En estos días los pescados cobran protagonismo, lo que lleva a preguntarnos, ¿por qué está permitido comerlo, si es un tipo de carne?
Los católicos se abstienen específicamente de consumir carne roja porque desde la antigüedad esta ha sido símbolo de opulencia y celebración. Consumirla durante el periodo cuaresmal iría en contra del sentimiento de reflexión y humildad de esta fecha.
Santo Tomás de Aquino, en la Parte II de su Summa Theologica explicó: "El ayuno fue instituido por la Iglesia para refrenar las concupiscencias de la carne, que se refieren a los placeres del tacto en conexión con la comida y el sexo".
"Por tanto-continuá- la Iglesia prohibió a los que ayunan participar de aquellos alimentos que proporcionan mayor placer al paladar, y además son un gran aliciente para la lujuria. Tal es la carne de los animales que descansan en la tierra, y de los que respiran el aire y sus productos". Según se puede interpretar, el pescado no entra en ese grupo.
Para los católicos, la esencia de esta época radica en el sacrificio, por lo que no solo se trata de consumir pescado y olvidarse de las carnes rojas, sino también de abstenerse de todos los manjares exquisitos. Es por ello que también excluyen las ostras y las langostas, que son acuáticos asociados al lujo, y el pollo, que es carne blanca, pero de "sangre caliente" y de tierra.