Los familiares de Marcos Antonio Montero viven otro día de incertidumbre y preocupación, sin tener noticias sobre él. Hace exactamente cuatro días, Montero se lanzó a las aguas de la cañada de Guajimía, en Santo Domingo Oeste, y desde entonces no hay noticias de su paradero.
Por los efectos de la tormenta tropical Franklin, la cañada evidenciaba un aumento poco común y mostraba una acumulación de desechos el pasado martes, alrededor de las 2:00 de la tarde, justo cuando Montero tomó la decisión de lanzarse.
Los allegados de Montero, de 47 años, expresaron que él no enfrentaba problemas de depresión y era conocido por su alegría contagiosa y su devoción religiosa. Mantienen la esperanza de que pronto se obtendrán noticias y que lo encontrarán sano salvo. Este sábado continuará la búsqueda.
Deyanira Montero, hermana de Marcos, expresó su profunda inquietud ante la falta de información sobre su pariente. Aunque confía en la protección divina, también desean descartar la posibilidad de que Marcos pueda quedar atrapado entre los escombros y desechos que llenaban la cañada en ese momento.
"Existe la posibilidad de que ya haya logrado salir y esté desorientado en algún lugar cercano. La ansiedad que sentimos día tras día, al ver cómo pasan las horas sin obtener resultados, nos afecta profundamente. A pesar de las aguas que arrasaron, aún no tenemos indicios de su paradero", comentó ayer mientras visitaba nuevamente la cañada.
Añadió: "Es una situación sumamente difícil. Cuando una persona desaparece y no sabemos su estado, nos debatimos entre la incertidumbre de si está con vida o no. Incluso si es la última opción, al menos cerraríamos un capítulo al comprender que ha tenido un desenlace, por más doloroso que sea. Pero la desaparición nos abruma, y sinceramente deseamos poner fin a esta agonía".
Marcos Antonio Montero, de dedicaba a realizar labores de plomero, era descrito por sus familiares como un hombre alegre y dedicado en su trabajo. Su ausencia ha dejado un vacío en la vida de sus seres queridos, quienes mantienen viva la esperanza de que regrese a salvo.