Un niño de tres años de Florida murió la noche del miércoles tras dispararse por accidente con una pistola que encontró en la habitación de sus padres, según informó hoy la oficina del sheriff del condado de Volusia.
Los agentes respondieron a "un par de frenéticas" llamadas al 911 cerca de las 6:22 de la tarde sobre un tiroteo en una casa en Nectarine Road en el vecindario de Daytona Park Estates de DeLand, dijo el alguacil Mike Chitwood en una rueda de prensa.
De acuerdo con el relato de Chitwood, el primer oficial llegó a la escena a las 6:29 p.m. e intentó salvar la vida del menor, pero las heridas fueron muy graves y fue declarado muerto en un hospital cercano a las 7:03 de la noche.
La investigación inicial arrojó que el niño se encontraba en la casa en compañía de sus hermanos de 7 y 16 años, mientras sus padres estaban fuera de casa comprando comestibles. El pequeño entró en la habitación de sus padres y pudo sacar el arma de una mesita de noche.
"Por alguna razón, no sé esa razón y no sé si alguna vez sabremos esa razón, el niño de 3 años deambuló por el dormitorio y se metió en la mesa auxiliar, y cuando se metió al final de la mesa, sacó el arma, la giró hacia sí mismo y se disparó a quemarropa", explicó el alguacil.
Su padre, un oficial de correccionales del estado de Florida, informó que guardaba las armas de fuego en una caja fuerte, pero la función de bloqueo automático había dejado de funcionar, por lo que guardaban un arma encima del refrigerador y otras dos en su mesa de noche. Los investigadores determinarán cuánto tiempo estuvo inutilizable la caja fuerte.
El alguacil explicó que las violaciones del almacenamiento seguro de armas de fuego es un delito menor de segundo grado.
"No puedo imaginar que haya nada en los libros de leyes que pueda castigar a esa familia más de lo que sucedió anoche", dijo el alguacil durante la sesión informativa de este jueves.
Chitwood dijo que el caso será investigado a fondo y presentado a la Oficina del Fiscal del Estado para su revisión.
Antes de los siete días después de la muerte de un menor, no se realizan arrestos, según la ley de Florida, pero los investigadores deben presentar los hallazgos y evidencias sobre el caso, lo que el juez evaluará y tomará las medidas que considere apropiadas.