Aunque actualmente se exige un entrenamiento de seis meses para un futuro agente policial “en muchas ocasiones” empiezan a formar parte de esa institución y enviados a las calles armados “sin siquiera haber cursado tres meses de capacitación” y es este grupo precisamente el que delinque en la mayoría de los casos.
Así lo revela la comisión que trabajó la reforma policial y que rindió este lunes su informe definitivo.
En sus reflexiones preliminares y propuestas, la comisión afirma que “una verdadera reforma integral de la policía debe sostenerse en el componente educativo. No pueden formarse buenos agentes sin que cumplan el proceso completo de formación”.
Sobre el poco entrenamiento, el informe dice que el bajo nivel educativo y de formación de los policías se revelaron en un “diálogo abierto y sincero con los responsables del área de Recursos Humanos” de la institución que tiene a su cargo trabajar en establecer el orden.
Otro de los puntos que salen a relucir es que “los policías no se ven a sí mismos como servidores públicos” y que la falta de motivación entre los jóvenes a formar parte de esa entidad ha provocado una baja en el ingreso de rasos.
Asimismo, en los últimos años, “la moral está baja”, según lo expresado en el diálogo de los representantes de Recursos Humanos con la comisión, por lo que “se ha producido una mayor deserción de agentes” de la Policía.
“El entrenamiento de los rasos dura seis meses, pero en muchas ocasiones, son requeridos al servicio sin siquiera haber cursado tres meses de capacitación. Eso significa que se han enviado a la calle policías armados sin la debida formación (…) Un dato importante que salió a relucir es que los policías que delinquen en su mayoría son de los casos en que no han cumplido con el entrenamiento”, indica el informe.
El Grupo de Trabajo para la Reforma y Transformación de la Policía Nacional, encabezado por el presidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Servio Tulio Castaños Guzmán, cita, además, la sugerencia ofrecida por los entrevistados, que fueron, entre otras, que en el proceso de selección se deben realizar pruebas que midan los tipos de habilidades y que detecten problemas graves de conducta, así como asegurar que los seis meses de entrenamiento sean estrictamente cumplidos.
También recomiendan que el ingreso se haga a través de Recursos Humanos, no hacerse promociones sin aplicar los reglamentos, es decir, actualización y reentrenamiento, y que se trabaje en la descentralización de la enseñanza.