Fernando de los Santos, La Soga, convertía en muchachitos de mandados a jóvenes que habían cumplido condena y a consumidores de drogas, a los que usaba para hacer diligencias y tenerlos en su entorno, pero cuando quería ver sangre los baleaba.
Así recordó la periodista Addis Burgos, de CDN-37, al exteniente de la Policía Nacional que fue asesinado a tiros la mañana del miércoles cuando se disponía a salir de su casa. Según los agentes de la Policía que investigaron la escena del crimen, se levantaron al menos 20 casquillos de balas.
Burgos, periodista que ejerció en Santiago durante la época en la cual La Soga era un policía activo, contó: “La Soga comenzó a sacar a muchachos que estaban en la cárcel y que cumplían condena y a los piperitos y se los llevaba. Los convertía en muchachitos de mandados y un día cualquiera les decía: quiero sangre, y lo que quiero es la tuya y cogía una pistola y te daba dos tiros”.
Burgos cuestionó que a pesar de que le documentaron legalmente unos 30 homicidios, lamentablemente estaba libre.
Burgos señaló que la muerte de La Soga se debió a una justicia que fue hipócrita.
“La justicia quedó muy mal, se habla de una hipocresía que se mantiene en diferentes estratos. La muerte de La Soga no fue sorpresiva. Todo el mundo sabía que era un protegido y consiguió que lo temieran con demasiados elementos a su favor”, señaló.