Apple presentó ayer los iPhone 16 y iPhone 16 Pro, una evolución bastante comedida respecto a los modelos de la generación pasada. Nuevo procesador, algunos cambios en cámara, y una inteligencia artificial que todavía no llegará a Europa.
No obstante, una de las novedades más importantes apenas se trató. Una característica que servidor llevaba esperando desde hace años, y que debería marcar un antes y un después tanto en rendimiento como en el propio consumo del teléfono. Por primera vez en su historia, los iPhone tienen un sistema de refrigeración.
Apple no ha explicado en detalle cómo funciona su sistema de refrigeración, y tendremos que esperar a probarlos a fondo para comprobar si los datos son ciertos. Pese a ello, tenemos unas pinceladas sobre su funcionamiento.
En el iPhone 16. El iPhone 16 mejorará la disipación térmica utilizando materiales como el grafito en su interior. Se ha rediseñado la distribución de sus componentes para que el calor se concentre tan solo en zonas determinadas, prometiendo un aumento más que importante en rendimiento sostenido.
En concreto, Apple nos habla de un 30% de mejora en rendimiento sostenido, algo clave en juegos pesados. Teniendo en cuenta que iOS es de los pocos sistemas que soporta ejecución en 120 FPS de alternativas como 'Genshin Impact', el movimiento cobra sentido.
En el iPhone 16 Pro. En el caso del iPhone 16 Pro, la idea es similar, aunque la ejecución no es idéntica. De nuevo, se apuesta por el grafito como material para conducir el calor desde el chip hasta el chasis, fabricado en aluminio pero con una subestructura en este material más fresco. En el caso del iPhone 16 Pro, se habla de una mejora del 20% en rendimiento sostenido.
Es posible que no sea suficiente. Apple ha optado por no incorporar una cámara de vapor, uno de los sistemas más avanzados y efectivos para disipar el calor en la actualidad. Este mecanismo utiliza un tubo metálico lleno de un líquido a baja presión que, al cambiar de estado entre líquido y vapor, transfiere el calor para reducir la temperatura del dispositivo.
Como mencionamos, las cámaras de vapor se basan en el mismo principio que las tuberías de calor o heat pipes. Ambos consisten en un conducto metálico adherido al componente que se desea refrigerar, como el procesador de un teléfono móvil. Este conducto está lleno de un fluido refrigerante y cuenta con un área de intercambio en la que el calor se transforma en vapor, se enfría y vuelve a condensarse.
Los problemas de throttling. Apple lleva años sufriendo throttling en sus teléfonos. Este es un problema que se da, en cuentas muy resumidas, cuando el móvil se calienta más de la cuenta y tiene que empezar a bajar su rendimiento. No solo disminuye la potencia, sino que el brillo máximo se limita para que el terminal no siga consumiendo energía.
Una mejor disipación térmica debería permitir a los nuevos iPhone mantener el brillo máximo durante más tiempo, así como lograr un rendimiento sostenido a la altura de sus principales rivales.