Los ciudadanos japoneses y los extranjeros que vivan en Japón podrán regresar al país, de acuerdo con la nueva restricción.
Mientras, Tokio ha entrado en estado de alerta máxima tras registrar 949 casos en 24 horas, su máximo histórico y un repunte significativo desde los 884 casos del viernes y el récord previo del jueves, 888 infectados, en un día en que el Gobierno ha anunciado el cierre del país para ciudadanos extranjeros por el peligro de contagio de la nueva cepa británica, más transmisible que versiones previas.
De momento, las autoridades han decidido recomendar este fin de semana el cierre de la ciudad y pedido a sus casi 14 millones de habitantes que se queden en sus casas salvo por necesidad. Los bares y los restaurantes del centro de la ciudad cerrarán a las 22.00 horas en un intento de contener la enfermedad en plenas festividades “Bonen-kai” (“Olvidemos este año”).
Las advertencias de las autoridades no han logrado frenar la propagación, y el promedio de casos semanales confirmados aumentó a 681 el viernes desde el 444,3 registrado el 1 de diciembre.
Además, la ciudad también se enfrenta una nueva preocupación por una variante identificada en Reino Unido, después de que el país confirmara este viernes que cinco retornados de ese país estaban contagiados.
Por todo ello, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, ha avisado de que el período de vacaciones de Año Nuevo sería “una coyuntura muy importante” que tendría una influencia clave el futuro de Tokio en 2021, y ha pedido a los residentes que eviten salir durante las vacaciones, informa la cadena NHK.
El primer ministro, Yoshihide Suga, también renovó el viernes un llamado para que el público pase las vacaciones en casa.