Un ruso presentó una demanda contra Apple por daños morales, argumentando que una aplicación para iPhone lo había “convertido” en homosexual, según copia de la denuncia a la que la AFP tuvo acceso.
El demandante pidió ante un tribunal moscovita una indemnización de un millón de rublos (unos 15.000 dólares) tras un incidente en el verano (boreal) en que le fue entregada una criptomoneda llamada “GayCoin” a través de una aplicación de smartphone, en lugar de los Bitcoins que había encargado.
Su abogado, Sapizhat Gusnieva, insistió ante la AFP en que el caso de su cliente, de apellido Razumilov, es “grave” y que “sufrió daños”.
Razumilov cargó una aplicación para criptomonedas en Apple Store y recibió una transferencia de 69 “GayCoins” en lugar de los bitcoins que había solicitado, y con un mensaje que rezaba “No juzgue antes de probarlo”.
“En efecto, pensé cómo podía juzgar algo sin probarlo”, afirmó Razumilov en su demanda. “Entonces decidí probar las relaciones homosexuales. Dos meses más tarde trabé una relación íntima con alguien de mi mismo sexo y ahora no puedo dar marcha atrás”, explicó.
“Tengo un novio estable y no sé cómo explicarles todo esto a mis padres. Mi vida ha cambiado para peor y no volverá nunca a ser normal”, añadió.
“Manipulándome, Apple me empujó hacia la homosexualidad”, dijo el hombre en su denuncia, en tanto su abogado adujo ante la AFP que su defendido tuvo “sufrimiento moral y daño psicológico”, y está “asustado”.
“Apple es responsable por sus programas, de lo que ofrece”, añadió, señalando que su cliente “mantenía una relación estable con una mujer”.
La representación de Apple en Rusia no respondió por el momento a los requerimientos de la AFP.
Rusia se caracteriza por la homofobia y frecuentes ataques contra miembros de la comunidad LGTBI. En 2013 se aprobó una ley “contra la propaganda gay”.
Una segunda audiencia del caso de Razumilov está prevista para el 17 de octubre.
En 2016 el abogado Gusnieva ya había atacado en justicia a otro gigante estadounidense, al defender a un estudiante que había presentado una queja contra McDonald’s después que una espina de pescado –de un plato comprado en un local de la cadena de comida rápida– le perforara una mejilla.