En la empresa donde laboraban José Arturo y José Nicolás, asesinados el pasado jueves, piden a las autoridades que limpien sus nombres
Sinaloa.- José Arturo, de 23 años, y José Nicolás, de 32, trabajaban para la empresa Dimsa en esta ciudad de Culiacán. El pasado jueves regresaban de entregar unos muebles del Centro de Ciencias, cuando quedaron en medio de la balacera.
Parte del horror que vivieron antes de morir quedó grabado en unos mensajes de WhatsApp que mandaron al grupo de trabajo.
Les recomendaron que se resguardaran; pero al parecer por desesperación de lo que estaba ocurriendo siguieron la marcha, y fueron acribillados cerca de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Quienes los conocieron los describen como dos hombres buenos, tranquilos y trabajadores, quienes nunca fallaban. Eran dedicados y queridos tanto por compañeros de trabajo, como por amigos y clientes.
Compañeros de estas víctimas inocentes creen que el único pecado que ellos cometieron fue ir en una camioneta de redilas blancas y estar en el lugar y en el momento equivocados. Por esta razón reprochan por qué los asesinaron, por qué no se fijaron que la camioneta iba rotulada.
Abandono
Los cuerpos de estos hombres permanecieron más de veinte horas tirados frente al lavado donde los acribillaron. Fueron ignorados por las autoridades municipales, estatales y federales.
La primera información que se tuvo fue que alguien movió los cuerpos por razones que se desconocen, pero se cree que fue para tratar de incriminarlos, de acuerdo con un compañero de trabajo.
Luego, las autoridades los pusieron como si fueran delincuentes, cosa que lastimó a su familia y a todos los que los conocían, por eso ahora la exigencia es que limpien sus nombres y se haga la reparación del daño correspondiente.
Como si revictimizarlos no hubiera sido suficiente, ninguna autoridad se acercó a la familia para hacerse responsable de los funerales, cuyos costos absorbió la empresa. A sus familiares, quienes están viviendo un gran dolor, simplemente los dejaron solos.
«Hay una gran cantidad de testigos que pueden decir que ellos eran personas buenas, ni siquiera tomaban. Eran tranquilos», comentó un compañero de trabajo, quien pide a las autoridades que salgan a limpiar sus nombres y a decir que en esa balacera murieron inocentes, como estos dos hombres.
El caso
La tarde del pasado jueves se registró esta balacera por el bulevar Enrique Sánchez Alonso, a unos cuantos metros de la Fiscalía General de Justicia. Al día siguiente del hecho se dio a conocer que en un tramo de dos cuadras había cinco personas asesinadas, entre ellas José Arturo y José Nicolás.
Sus cuerpos estaban muy cerca de la camioneta en la que minutos antes habían entregado la mercancía. En el lugar de los hechos había indignación al conocerse la información de que los cuerpos habían sido abandonados por las autoridades por más de veinte horas. Uno de ellos aún tenía en la bolsa del pantalón un lápiz y una cinta métrica, la cual usaba en su trabajo.
Hasta el cierre de esta edición se desconocía la cifra real de víctimas de la balacera del pasado jueves porque las cifras que reporta la ciudadanía no coinciden con las que dieron las autoridades federales en la reunión del Gabinete de Seguridad federal, donde se afirmó que solo hubo un civil muerto; mientras que el resto fueron agresores y un joven de la Guardia Nacional. Las cifras aún las callan y las protegen con gran recelo las autoridades de los tres niveles de Gobierno.