El 63 % de la gente en la República Dominicana cree que el país está gobernado en beneficio de los intereses de unos pocos, revela el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) divulga hoy.
Asimismo, aunque no identifica casos específicos, el reporte indica que en la región se ha dado lugar a múltiples ejemplos de élites económicas que interfieren en el diseño o la implementación de políticas, y como resultado de esa interferencia, los sistemas fiscales, la política de competencia y las regulaciones del mercado “a menudo se han modelado en beneficio de un pequeño grupo de ciudadanos más que pensando en el bien común”.
Al presentar el informe a la prensa, Marcela Meléndez, economista jefe del PNUD en América Latina y el Caribe, dijo que se encuentra con mucha frecuencia en la región a grandes grupos empresariales “que tienen intereses en muchos sectores y que extienden sus intereses inclusive con frecuencia al sector de los medios”.
Alrededor de una cuarta parte de la población en América Latina y el Caribe señala a las grandes empresas como el grupo poderoso más influyente.
El informe del PNUD, que tiene un alto componente crítico hacia el sistema empresarial, señala que “las élites económicas rara vez han utilizado su poder político para impulsar reformas que pondrían a sus países en el camino del desarrollo, aumentando el bienestar para todos. Pero podrían hacerlo”.
El reporte, titulado “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”, destaca que la gente “se siente frustrada, no solo por la injusticia en los resultados, sino también en los procesos, en particular por la enorme influencia política de unos pocos grupos poderosos”.
Entre la población latinoamericana existe la percepción común de que sus países son gobernados en interés de unos pocos grupos poderosos y no por el bien de todos. “En 2020, el 77 por ciento de la población de la región creía que esto era así, y la proporción alcanzó el 95 por ciento en Paraguay y el 91 por ciento en Chile y Costa Rica”, dice el estudio.
Además, “una abrumadora mayoría” entiende que “la concentración de poder en manos de unos pocos que defienden el interés privado en lugar del bien común es uno de los factores que conectan la alta desigualdad y el bajo crecimiento, ya que a menudo resulta en políticas distorsionadas, miopes e ineficientes, y en instituciones débiles”.
El PNUD en su informe –el cuarto de este tipo– destaca que los mercados de América Latina tienden a estar dominados “por un pequeño número de empresas gigantes”, y la región “se ha caracterizado históricamente por un alto nivel de poder de mercado”.
El Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 asegura que el poder político de las grandes empresas también distorsiona la política más allá del ámbito del mercado.
“En el contexto de la trampa que explora este informe, sus efectos sobre la política fiscal son motivo de especial preocupación. Un rasgo distintivo de los sistemas fiscales de la región es su débil poder redistributivo”, indica.
Observa que los índices de Gini (indicador de la desigualdad de los ingresos dentro de un país) en América Latina, con pocas excepciones, “permanecen esencialmente inalterados después de que los hogares pagan impuestos y reciben transferencias del Gobierno”.
Agrega que los sistemas tributarios de la región no generan los ingresos necesarios para invertir en el desarrollo a través de la provisión de servicios y bienes públicos de calidad a la población.
Indica que los países de América Latina y el Caribe “recaudan impuestos más bajos como porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto) que los países con niveles similares de desarrollo o desigualdad y también tienen una proporción limitada de recaudo fiscal proveniente de impuestos sobre las rentas personales”.
“Si bien el patrón de bajos niveles impositivos y escasez relativa de recaudo fiscal proveniente de impuestos sobre la renta puede ser resultado de diferentes factores, uno de ellos es el grado de influencia empresarial en la esfera política”, asegura el PNUD.
De acuerdo con el informe, la mayoría de la gente en América Latina cree que la tasa impositiva debería ser más alta para quienes ganan más.
El informe dice que las grandes empresas y los dueños de negocios en América Latina “son en parte responsables de mantener baja la tributación efectiva y de alejar los sistemas fiscales de impuestos más progresivos, a través de su proximidad al poder político”.
“Esta influencia se ejerce a través de interferencia en las reformas tributarias, en formas que van desde el bloqueo a los aumentos de impuestos a los negocios y a sus propietarios, hasta poner en peligro los recursos fiscales a través de la presión por exenciones y subsidios para sus operaciones, que desplazan el gasto redistributivo”, enfatiza.