El sacerdote italiano Nicola Corradi, de 84 años, vivió para escuchar la condena que había esquivado durante toda su vida. Un tribunal argentino lo ha condenado este lunes a 42 años de cárcel por abusar sexualmente de alumnos sordos del Instituto Próvolo de Mendoza, al oeste de Argentina, entre 2005 y 2016. Corradi ya había sido acusado de pedofilia en la sede del Próvolo en Verona, su ciudad natal, pero ante las primeras denuncias, en vez de llevarlo ante la Justicia, la institución religiosa puso un océano de por medio. El tribunal penal 2 de Mendoza condenó también a 45 años de cárcel al cura Horacio Corbacho y a 18 años al jardinero Armando Gómez.
Corbacho fue condenado por 16 abusos; Corradi y Gómez por seis cada uno en una causa impulsada por la denuncia de 11 exalumnos sordos.
Corradi y Corbacho seleccionaban a sus víctimas entre los alumnos más vulnerables y sumisos, quienes además no podían hablar y denunciar los abusos. "Los amenazaban con echarlos si hablaban. Hay que tener en cuenta que muchos de estos niños venían de villas de miseria, el centro era como un hotel de lujo para ellos. Les decían que sus familias tendrían muchos problemas si decían algo. Cuando salieron, convivieron con miedo y vergüenza", contó el fiscal, Gustavo Stroppiana.
"Mi hijo vio como abusaban del que después le violó. Era una cadena. Todavía hoy le tiene terror a Corradi. Su relato siempre se detiene en él. Dice que le tiene mucho miedo", relató meses atrás Cintia Martínez, madre de uno de los denunciantes.
Fuente: El País