(12 de enero de 2025) Nunca Te Rindas
Autor: J. F. Encarnación
Versículo Clave: " "Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre."(Lucas 8:43-44, RVR1960).
Doce años de sufrimiento y desesperanza. Esta mujer había agotado todos sus recursos buscando solución a su enfermedad en los médicos, pero ninguno pudo ayudarla. Aunque la sociedad la había rechazado por considerarla impura, ella no permitió que eso la detuviera. En su corazón, había una fe inquebrantable: si lograba tocar siquiera el borde del manto de Jesús, sería sanada. Con valentía y determinación, se abrió paso entre la multitud, y al hacerlo, recibió el milagro que tanto necesitaba. Lo primero que esta mujer venció fue el rechazo de la gente. No permita que el rechazo de los demás te paralice; con determinación, enfoque y sobre todo Fe, acércate a Jesús y Él hará la obra en ti, pues, aunque las circunstancias parezcan inmutables, la fe puede abrir puertas donde todo parece cerrado.
Hace unos años, Pedro, un agricultor de un pequeño pueblo, enfrentó una crisis devastadora. Una plaga arrasó con todas sus cosechas, y las deudas lo estaban ahogando. Muchos le aconsejaron vender su terreno y abandonar el campo, pero Pedro se negó. En lugar de rendirse, oró con fe y comenzó a replantar con lo poco que le quedaba. Dios respondió a su perseverancia enviando lluvias en el momento justo y protegiendo su nueva siembra. Ese año, Pedro cosechó más de lo que había perdido, y su historia es un testimonio de cómo Dios honra a quienes confían en Él, incluso en las situaciones más adversas.
Hoy quiero recordarte que no hay dolor, rechazo o situación prolongada que sea más grande que el poder de Dios. Él conoce cada lágrima que has derramado y cada lucha que has enfrentado. Así como la mujer con el flujo de sangre fue sanada al tocar el manto de Jesús, también tú puedes experimentar Su poder transformador. No importa cuánto tiempo lleves esperando o cuán imposible parezca tu problema, confía en Su amor, acércate a Él con fe y cree que lo que parece perdido puede ser restaurado y sanado. Para Dios no hay nada imposible.
Oración
Señor, gracias por recordarme que Tu poder no tiene límites y que en Ti siempre hay esperanza. Ayúdame a mantener mi fe firme, aun en medio de las dificultades. Dame valentía para seguir adelante, sabiendo que Tú puedes transformar cualquier situación. En el nombre de Jesús, amén.
Reflexión práctica:
Piensa en un área de tu vida donde sientas que estás al borde de rendirte. Dedica unos minutos a orar específicamente por esa situación y comprométete a dar un paso de fe, creyendo que Dios puede obrar. Lee Lucas 8:43-48 y reflexiona en cómo esta mujer recibió su milagro al actuar con fe.