Santo Domingo, R.D.- “No se trata de una lucha de mujeres contra hombres, sino de gente buena contra gente mala”. Ese es el mensaje de una imagen que circula en las redes sociales, la cual hace referencia al hecho de que al momento en el que se agrede, acosa o lastima a una mujer, por lo general el género femenino se le va encima al sexo opuesto como si el problema fueran ellos.
La realidad es que, según la psicóloga Arisleydi Sánchez, pensar de esa manera es un acto machista, el cual viene dado por la sociedad en la que vivimos. “Como cultura machista existe la idea de que luchar contra el machismo es un tema solo de mujeres y de que ser machista es un tema solo de hombres, lo cual es impulsado por el mismo machismo para seguir separándonos de los objetivos reales de que la lucha tiene que ver con ser personas”, sostiene, al tiempo que añade que todos tenemos libre elección de cuáles son nuestros roles y cómo queremos manejarlos.
En el caso de la también experta en conducta humana Yenerva Pineda, el hecho de que exista una inconformidad por parte de los hombres respecto a esta concepción errónea es totalmente válida, pues el auge de criminalidad en contra de las mujeres va más allá del sexo.
“Si atacamos a los hombres que hoy se suman a esta lucha solo estaremos llamando a la continuidad y aumento en las estadísticas de feminicidios”, indica Pineda, enfatizando en que hay que estar conscientes de que a estos también les duele la muerte de una mujer. “Cuando se pierde una mujer se pierde una hija de un padre, una madre de un hijo, una abuela de un nieto, o sea que los hombres también sufren una gran pérdida”, señala.
No solo los señalemos a ellos
De acuerdo con Pineda, si bien es cierto que se debe continuar la lucha contra las agresiones hacia las mujeres, hay que tomar en cuenta que los hombres también son víctimas de abuso por parte del sexo opuesto.
Es por ello que la psicóloga considera que en lugar de solo señalar al sexo masculino se deben hacer campañas en contra de las agresiones, tanto de hombres como de mujeres. “La manera más efectiva de hacerlo es la educación hacia ambos sexos”, concluye.