El coronavirus COVID-19 podría provocar pérdidas en el sector turismo a nivel mundial de entre 30,000 y 50,000 millones de dólares en el gasto de los visitantes internacionales, esto es por ingresos por turismo internacional.
La información la ofreció la Organización Mundial del Turismo (OMT) a través de una publicación en su plataforma digital.
La OMT estima que en 2020 las llegadas de turistas internacionales podrían disminuir entre un 1% y un 3%, en comparación con el crecimiento de entre un 3% y un 4% previsto a principios de enero de 2020.
Agrega que, hasta la fecha, se prevé que la región de Asia y el Pacífico sea la más afectada con una disminución de entre el 9% y el 12% en las llegadas de turistas internacionales en comparación con el crecimiento de entre un 5% y un 6% previsto a principios de enero de 2020.
La OMT pública que, a través de su página, que las estimaciones para otras regiones del mundo son por el momento prematuras, habida cuenta de la rapidez con que evoluciona la situación.
Explica que, en la actualidad, el sector turístico es uno de los más afectados por el brote de COVID-19, con repercusiones tanto en la oferta como en la demanda de viajes. La publicación indica que la situación plantea un riesgo negativo adicional en un contexto de debilidad de la economía mundial, tensiones geopolíticas, sociales y comerciales, así como un comportamiento desigual de los principales mercados emisores de viajes.
Agrega que teniendo en cuenta el carácter evolutivo de la situación, es demasiado pronto para calcular la plena incidencia del COVID-19 en el turismo internacional. Para su evaluación inicial, la OMT toma como referencia el escenario del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) de 2003, teniendo en cuenta el tamaño y la dinámica de los desplazamientos mundiales y las disrupciones actuales, la expansión geográfica del COVID-19 y sus posibles repercusiones económicas.
La OMT subraya que cualquier estimación debe tratarse con cautela debido a la evolución inestable e incierta del brote, que podría dar lugar a nuevas revisiones.
Recientemente, el jefe de Medicina Interna del Hospital de El Escorial (Madrid), Pedro Gargantilla declaró a la agencia EFE, que el efecto económico ya se está produciendo y aunque es pronto para saber si esta epidemia tendrá el alcance de un cambio histórico, las medidas de aislamiento y cuarentena, la recesión de China o las consecuencias en el tejido industrial y empresarial, entre otros daños, van a suponer “pérdidas difíciles de cuantificar, con un efecto devastador” en el comercio, los negocios o el turismo.
La OMT y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrecieron una declaración en conjunto, donde indicaban, entre otros temas, que el sector turístico tiene el firme compromiso de pensar ante todo en las personas y en su bienestar, y la cooperación internacional es vital para garantizar que el sector pueda contribuir de manera efectiva a contener el COVID-19.
Informaron que la OMT y la OMS trabajan en estrecha concertación entre ellas y con otras partes para ayudar a los Estados a garantizar que las medidas sanitarias se implementen de manera que se minimice cualquier interferencia innecesaria con el tráfico y el comercio internacional.
El documento indica que la respuesta del turismo debe ser medida, coherente y proporcionada a la amenaza para la salud pública, y debe basarse en una evaluación del riesgo local, teniendo en cuenta cada eslabón de la cadena de valor del turismo, las entidades públicas, las compañías privadas y los turistas, en sintonía con las orientaciones y recomendaciones generales de la OMS.