¡Qué extraordinaria historia de supervivencia!
Aldi Adilang, un adolescente indonesio de 19 años, contempló suicidarse después de siete semanas de haberse perdido en el mar, pero decidió luchar por su vida recurriendo a la Biblia y orando.
Adilang trabajaba como encargado de la lámpara en una rampong, una trampa de peces flotante, el 19 de julio, cuando se rompieron sus amarres. Se desplazó millas a través del Océano Pacífico hacia Guam, indefenso sin paleta y sin motor para controlar la dirección de la trampa para peces.
Su suministro de alimentos se acabó después de unos días y se vio obligado a quemar leña de la cabaña de la trampa para peces para cocinar el pescado que capturó del océano. También se quedó sin agua, así que para sobrevivir, sorbió agua de mar filtrada a través de su ropa.
Después de que pasaron cerca de 10 barcos sin notarlo, se sintió desesperado y alcanzó su punto de ruptura. Planeaba suicidarse saltando al océano, pero recordó el consejo de sus padres: recurrir a Dios en tiempos de sufrimiento. Leyó la Biblia que estaba con él en la trampa para peces y oró a Dios.
El 31 de agosto, MV Arpeggio, un buque de carga con destino a Japón, pasó junto a la trampa de peces y notó a Adilang. La misión de rescate no fue tan fácil ya que el bote era tan grande que acercarse a la trampa para peces podría volcarlo. Su pesadilla finalmente terminó cuando Adilang decidió saltar al océano, y la tripulación de carga lo jaló con una cuerda hacia el barco.
Adilang fue llevado a Japón, donde fue alojado por el cónsul general de Indonesia.
El testimonio de Adilang nos muestra que Dios puede rescatarnos, incluso de nuestras pruebas más dolorosas, si confiamos en Su Palabra.