Ochenta y cuatro millones de pastillas del estupefaciente fenetilina, mejor conocido bajo su nombre comercial Captagon, fueron incautadas en el puerto de Salerno, en el sur de Italia, informó este miércoles la Guardia de Finanzas del país europeo.
En total, se trata de 14 toneladas de droga, cuyo valor se estima en 1.000 millones de euros (1.125 millones de dólares) y que estaban ocultas dentro de cilindros de papel industrial.
Según los oficiales italianos, la droga la había elaborado el Estado Islámico en Siria. En cuanto a los compradores, creen que el cargamento fue adquirido conjuntamente por un 'consorcio' de varios grupos criminales, ya que su volumen es comparable al total del mercado europeo, calculado en 85 millones de pastillas.
"Durante el cierre por la emergencia epidemiológica mundial, la producción y distribución de drogas en Europa prácticamente se ha parado y […] muchos traficantes, también en el consorcio, han recurrido a Siria, cuya producción no parece haberse ralentizado", sugieren los agentes.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, felicitó a los responsables de la operación y resaltó que las drogas estaban "destinadas a financiar al Estado Islámico". "Es un duro golpe al terrorismo internacional y la demostración de que Italia siempre mantiene la guardia alta", escribió el político en su cuenta de Twitter.
El Captagon está compuesto de anfetamina y cafeína. Su producción empezó en el Líbano y desde entonces se ha comercializado por todo Oriente Medio. Allí lo consumen tanto los combatientes para inhibir el miedo y el dolor, como los civiles, que lo toman para luchar contra la fatiga. Recientemente, la fabricación de Captagon fue monopolizada por el Estado Islámico, "que se ha convertido por esta razón en los últimos años en el primer productor mundial de anfetaminas" y "lo usa ampliamente en todos los territorios sobre los que tiene influencia", afirma la Guardia de Finanzas.
El cuerpo indica que el estupefaciente empezó a conocerse como 'la droga del Estado Islámico' después de que se concluyera que los terroristas que atacaron la sala de conciertos Bataclan de París en 2015 la habían consumido.
Fuente: RT