La disputa de los legisladores sobre si la relación no consentida en un matrimonio debe tipificarse y condenarse con una pena menor que la violación a un tercero provocó que la Justicia y la iglesia reaccionaran.
Por un lado, la procuradora de Persecución, Yeni Berenice Reynoso, indicó que lo planteado inicialmente como parte de la reforma del Código Penal en la comisión bicameral “no admite una discusión mínimamente razonable”.
“Violación es un acto de penetración a una persona sin su consentimiento. Atenuar o eximir la configuración del tipo por la condición de pareja de la víctima no admite una discusión mínimamente razonable”, dijo en su cuenta en la red social Twitter.
De la misma manera reaccionó el obispo de la diócesis nuestra señora de la Altagracia, Jesús Castro Marte, al fustigar la intención de suavizar la ley en un caso de violación.
“La violación sexual debe ser castigada con la pena máxima establecida. Es un error suavizar la ley sobre esos casos. Se deben ejecutar castigos ejemplares sobre esa realidad”, manifestó Castro Marte.
Sin embargo, la Iglesia Evangélica tiene una opinión diferente. Las voces del reconocido pastor Ezequiel Molina y el presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue), Feliciano Lacen resonaron ayer en un análisis diferente de la situación.
Para Molina, poner este tema en el tapete solo busca destruir a la familia como institución, igualmente piensa Lacen, ambos coincidieron diciendo que “en un matrimonio no hay violación”.
“¿Violación de qué? Si después de un disgusto el esposo por detrás abraza a su esposa y ella lo acusa, la pena será de 10 a 20 años según el Código que quieren los de izquierda enojados e inconformes con que no se aprobara el aborto. La idea está clara: destruir a la familia”, dijo el también presidente de La Batalla de la Fe.
Lacen confirma que para la Iglesia Evangélica la relación sexual no consentida no existe, ya que las parejas se casan con el fin de compartir su sexualidad. Sin embargo, se pierde en su argumento y lo finaliza diciendo que si un cónyuge comete este delito deja de llamarse esposo y se convierte en un violador en serie.
“Todo el mundo está claro que violación es violación y tiene que ser juzgado y castigado según esti- pula la ley. Nunca vamos a apoyar una violación. Ahora, lo que hay que entender es que en un matrimonio no hay violación y que siempre en los matrimonios las relaciones son consentidas. Donde hay amor no hay violación, porque las relaciones deben ser con mutuo consentimiento”, expuso.
El temor de los evangélicos es que al poner en la palestra el tema de las relaciones no consentidas en el matrimonio, las parejas hagan uso de esa ley para causar daño.
“Hay que ver ese tema con mucho cuidado ya que muchos matrimonios disfuncionales en la República Dominicana pudieran tener una divergencia luego de la relación sexual y acusar al marido o a la esposa de que lo violó”, dijo Lacen.