Fue en 1985 cuando, por error, una expedición conjunta franco-estadounidense que trataba de encontrar dos submarinos nucleares de la Guerra Fría, descubrió el Titanic. La imagen de la proa del más famoso de los transatlánticos de la Historia reposando en las profundidades dio la vuelta al mundo. Pero esa proa, en la que Rose y Jack vivieron su momento de mayor libertad en la película de James Cameron, ya no existe tal y como la recordamos. Se está descomponiendo.
Así lo ha corroborado la compañía RMS Titanic Inc., que ha descendido a 3.800 metros de profundidad hasta el oscuro lecho marino, donde reposa el Titanic, hundido en abril de 1912 tras chocar con un iceberg. En su aventura, la empresa ha observado que la barandilla de la proa se ha desprendido y reposa en la arena. Algo que en la última inmersión de RMS Titanic en 2010 no sucedía.
Estas imágenes demuestran que el barco poco a poco se va degradando por los efectos del agua y la presión. "Es otro recordatorio del deterioro que se produce día a día. La gente pregunta todo el tiempo: '¿Cuánto tiempo va a permanecer el Titanic allí?'. No lo sabemos", ha expresado Tomasina Ray, directora de colecciones de RMS Titanic Inc. "La proa del Titanic es un icono, hay muchos momentos de esta historia en la cultura pop, y eso es lo que uno piensa cuando piensa en el naufragio. Y ya no está así", ha añadido.
Los investigadores consideran que la sección de la barandilla, que mide aproximadamente 4,5 metros de largo, se desprendió en algún momento de los últimos dos años ya que las imágenes de un escaneo digital de una expedición en 2022 muestran que la barandilla todavía estaba fijada, aunque estaba comenzando a doblarse.
También son cada vez más grandes y visibles las estalactitas de óxido generadas por los microbios marinos que están carcomiendo el metal del casco de la nave y que reciben el nombre de rusticles.
La estatua de Diana
Pero la falta de la barandilla en la proa del Titanic no ha sido el único descubrimiento de esta expedición. Los investigadores también han hallado la estatua la ’Diana de Versalles', una pieza única de 60 centímetros de alto hecha en bronce que presidía el salón de primera clase, la estancia más lujosa del barco.
La estatua fue fotografiada en una expedición de1986 pero no se anotó su ubicación y se consideraba perdida. Por eso, localizarla ha sido para los miembros de RMS Titanic Inc. un hallazgo impresionante. "Ha sido como encontrar una aguja en un pajar", ha dicho James Penca, investigador del Titanic y presentador del podcast Witness Titanic.
El salón de primera clase era la habitación más hermosa e increíblemente detallada del barco. Y la pieza central de esa habitación era la Diana de Versalles", ha explicado. "Pero, por desgracia, cuando el Titanic se partió en dos durante el hundimiento, el salón se abrió. Y en medio del caos y la destrucción, Diana aterrizó en la oscuridad del campo de escombros", ha añadido.
Este descubrimiento insufla moral a los científicos, que ya están deseando volver a los restos de Titanic para rescatar esta estatua y muchos otros tesoros escondidos en el fondo del mar. "Este redescubrimiento de la estatua de Diana es el argumento perfecto para no dejar el Titanic en paz", ha dicho Penca.
"Esta era una obra de arte que debía ser vista y apreciada. Y ahora está en el fondo del océano… en la más absoluta oscuridad, donde ha estado durante 112 años. Traer a Diana de vuelta para que la gente pueda verla con sus propios ojos. El valor que eso conlleva, despertar el amor por la historia, por el buceo, por la conservación, por los naufragios, por la escultura…", ha reflexionado el experto.