Santo Domingo.- La novia del atlántico es ahora el foco de atención de las autoridades, y el móvil de criticas e indignación luego que cientos de sus ciudadanos osaran concentrarse y marchar en una actividad religiosa, la cual ha sido calificada de irresponsable, imprudente, desafortunada entre otros calificativos, además de no ajustarse al reiterado llamado de aislamiento social.
La aglomeración se debió al recibimiento del peregrino Mildomio Adames, quien promete detendrá el coronavirus en el país, llevando la cruz que portaba en la playa del pueblo.
La actividad fue generadora de miles de criticas en las diferentes redes sociales, permaneciendo por varias horas como la principal tendencia, y el primer tema de la opinión publica nacional.
Desde las autoridades policiales, hasta el Gobierno Central, tuvieron que pronunciarse ante lo que fue considerado por el Poder Ejecutivo como una gravísima irresponsabilidad por parte de las autoridades locales.
Asimismo, ante los cuestionamientos lo sumiso y hasta participativo que fue el llamado cuerpo del orden, la Policía Nacional se vio en la obligación de aperturar una investigación que determine si hubo organizadores o planificación de aquella actividad, así como la suspensión del comandante de la dotación policial en esa ciudad, coronel Bell Fernández.
Hasta esta acción en Puerto Plata, las advertencias las recibía la provincia Duarte, específicamente San Francisco de Macorís, donde las autoridades tuvieron que llamar la atención en varias ocasiones por la resistencia que mostraba una parte de su población al cumplimento del toque de queda, y la realización de aglomeraciones en actividades recreativas, hasta el punto de tener que intervenirla.
No obstante, los puertoplateños que participaron en dicha caravana, representan ahora un riesgo para la transmisión y propagación del virus en los demás habitantes de esa provincia.
Hasta el boletín especial número 38 informado por el Ministerio de Salud Pública tenía un acumulado de 193 casos positivos a Covid-19, arrojando una tasa de incidencia de 57.92% y una positividad de un 32.57%.
Monseñor Julio César Corniel Amaro, obispo de la Diócesis de Puerto Plata, condenó este domingo la irrupción en la Catedral San Felipe Apóstol de un grupo de personas dirigida por un supuesto iluminado, por el peligro que representa como fuente de propagación del coronavirus (COVID-19).
El religioso explicó en un comunicado que cuando los “peregrinos” llegaron a la catedral, que estaba cerrada, abrieron forzosamente una puerta y entraron al templo, donde permanecieron por alrededor de 10 minutos y luego se retiraron tras un mensaje de quien los dirigía.
Redacción NDigital