La legislación francesa es clara: "cuando la situación laboral resulte ser un peligro grave e inminente para la vida o la salud, el trabajador podrá abandonar su puesto o negarse a desempeñar su función sin el acuerdo del empleador". Sobre la base de esta prerrogativa y ante la falta de máscaras, guantes y alcohol en gel, la policía de Francia amenaza con dejar de trabajar.
Además de la escasez de material de protección en la labor de inspección de los confinamientos que la policía francesa ha venido realizando en las calles de todo el país, existe también la prohibición explícita del uso de máscaras por parte del gobierno durante las detenciones. La recomendación que las autoridades francesas hacen a las fuerzas de seguridad es que sólo se utilicen máscaras cuando la persona a la que se acerque tenga síntomas o se declare enferma. La situación preocupa a los sindicatos, que piden a los uniformados a hacer valer el "derecho a retirarse" hasta que se resuelva la cuestión.
"La policía está en peligro", advirtió Benoît Barret, secretario nacional de la Alliance, sindicatos de la policía, en una entrevista con BFMTV. "Durante varios días hemos estado discutiendo con el gobierno para tratar de hacer que las autoridades entiendan. Y todavía no han entendido, no se han dado cuenta de la situación explosiva en las calles", subrayó.
"No estás en peligro"
El Ministro del Interior francés, Christophe Castaner, trató de minimizar la situación en una entrevista con Radio Europe 1 el pasado jueves. "No estamos en la misma situación que los trabajadores de la salud, que tratan directamente con los enfermos", dijo.
Según el ministro, es "inútil e incluso contradictorio, en términos de salud, llevar una máscara permanentemente en la calle". Castaner trató de apaciguar la tensión con los policías: "Quiero enviar un mensaje de confianza y garantía: no, no estás en peligro. El riesgo consiste principalmente en llevar las máscaras de forma incorrecta y usarlas continuamente".