En la nación dominicana, las organizaciones territoriales comunitarias surgen como símbolos de esperanza y cohesión en medio de múltiples retos sociales. En la naturaleza y espíritu de estas organizaciones se pone de manifiesto que cada opinión de los ciudadanos importa y cada esfuerzo genera un efecto. Incluso cuando en nuestro país vemos a diario como las libertades civiles están en riesgo, las Juntas de vecinos actúan como protectores de la dignidad humana y exaltadores del bienestar social.
La naturaleza compartida es la esencia del bien común vista como un patrimonio colectivo que debe ser defendido y promovido por todos. En esa misma línea debemos organizarnos y luchar juntos, para ser capaces de transformar realidades, reivindicar nuestros derechos y construir un entorno más justo para todos.
El bien común requiere colaboración, diálogo y empatía. Cada reunión comunitaria es una oportunidad para escuchar y ser escuchado, para aprender unos de otros y para abordar problemas como la inseguridad, la falta de servicios básicos y la desigualdad social. La diversidad de opiniones y experiencias da valor a nuestras luchas y nos conduce a soluciones efectivas.
La organización de eventos comunitarios, campañas de limpieza o actividades recreativas mejora el entorno físico y refuerza los lazos entre los vecinos. Algo que no debemos olvidar es que la diversidad en nuestras comunidades es una fortaleza, no una debilidad. Las diferencias culturales, sociales y económicas nos fortalecen y brindan la oportunidad de aprender unos de otros.
Las juntas de vecinos deben ser espacios inclusivos donde se celebre esta diversidad, promoviendo actividades que reflejen las distintas tradiciones y costumbres de sus miembros. Al hacerlo, se fomenta la cohesión social y se construye un sentido de identidad colectiva que trasciende las divisiones.
Para lograr una edificante y verdadera transformación social, es fundamental que las juntas de vecinos se conviertan en espacios de aprendizaje y formación. La educación cívica y la sensibilización sobre derechos humanos deben ser parte integral de sus actividades. Talleres, charlas y foros pueden ser organizados para informar a los vecinos sobre sus derechos y deberes, así como sobre las herramientas legales disponibles para defenderlos. Al dotar a los ciudadanos con estos nuevos conocimientos, se fomenta una cultura de participación activa y responsable.
En este camino hacia una sociedad con mayor justicia y equidad, es bueno tener presente que el cambio no ocurre de la noche a la mañana, es decir esto exige paciencia, perseverancia y un compromiso de todos. Cada acción contribuye a construir un entorno en el cual prevalezca el respeto, la justicia y el bien común.
La lucha colectiva por el bien común en República Dominicana es una celebración de nuestra identidad y un recordatorio, que cuando nos unimos como pueblo por una causa justa, podemos superar cualquier obstáculo y construir un futuro brillante para todos.
¡Es hora de levantarnos! ¡Es hora de luchar por el bien común! Porque juntos, podemos hacer realidad ese sueño dominicano, en el que cada ciudadano tenga su lugar y su voz sea escuchada. ¡Unámonos en esta noble causa para ser parte de la historia!
Edward Rodríguez
Presidente de la Junta de Vecinos San Juan Oriental