El candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, Gonzalo Castillo Terrero, se ha lanzado a la conquista del voto de los dominicanos desarrollando una extensa jornada de asistencialismo social.
Se trata de un mercadeo político que no es novedoso en el país, pues fue trillado por el Partido Reformista Social Cristiano con Joaquín Balaguer, con la llamada “Cruzada del Amor”, una especie de “brazo benefactor” del gobierno bajo la regencia de su hermana Emma.
Detrás de este esquema de campaña electoral hay un equipo de estrategas y asesores dominicanos y extranjeros, que entienden que desarrollar jornadas de asistencialismo le puede reportar dividendos políticos a su pupilo.
Esa campaña ha sido diseñada sobre la base de la epidemia del COVID-19, y sus estrategas han dicho que ha modificado el escenario electoral a favor de Gonzalo.
El objetivo es acortar la distancia que le lleva Luis Abinader, candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno, a quien la encuesta Greemberg- Diario Libre, de marzo de este año, le otorga un 52 %, contra un 24%.
Pese a las críticas procedentes de todos los litorales por el estilo de hacer campaña electoral, considerado por algunos como burdo, Gonzalo sigue su camino sin perturbarse.
El candidato sólo ha atendido una invitación a expresarse en una entrevista muy particular, obviando los medios periodísticos más reconocidos, que han sido persistentes en intentar entrevistarlo para que responda cuestiones cardinales de la campaña y de las decisiones que adoptaría para enfrentar la realidad sanitaria, económica y política en caso de ganar las elecciones.
Pero ni en esta ocasión respondió esas interrogantes cuando accedió a hablar con Santiago Matías, un joven “youtuber” que tiene arraigo en las redes sociales y quien reveló que su interés era “autobiográfico”, no en desentrañar las interrogantes que tienen sectores, en cuanto al desempeño y las perspectivas de un posible primer mandatario.
El propio candidato presidencial del oficialismo se defiende de las críticas que recibe alegando que sus padres le inculcaron valores cristianos y lo motivaron a actuar con “corazón solidario”, por lo que anunció que los recursos de su campaña serán dedicados a ayudar a la gente, ya que no se va quedar con los brazos cruzados ante la situación.
“Nos encontramos -acotó- en medio de una pandemia y la labor política debe ser de solidaridad, pues la población lo que está esperando de nosotros es justamente solidaridad y apoyo”, afirmó.
El reparto
La campaña de Gonzalo se ha fundamentado en el reparto de pan, salchichón, salami, agua, mascarillas, huevos,plátanos y otros alimentos, y lo que muchos entienden como el colmo: gas propano. Por cierto los alimentos llegan al consumidor bien envueltos.
Muy pocos dominicanos conocen qué piensa de los problemas fundamentales del país, como el endeudamiento externo, la educación, el medio ambiente, la prima del dólar.
Pero por el otro lado, sus aviones, ya que es propietario de una empresa de aeronavegación, surcan mares para traer al país a dominicanos varados en diferentes partes del mundo por la pandemia del coronavirus que mantiene cerrado los aeropuertos.
Sus aviones han viajado a la lejana República Popular China, para traer al país medicamentos contra el coronavirus y sus helicópteros fumigan pese a que la Organización Mundial de la Salud, advirtió que la ello no contribuye en nada a combatir el coronavirus.
Desde que se inició la pandemia del COVID-19 en el país, Gonzalo ha tomado las calles con su reparto de alimentos, estilo de campaña que ha sido criticado por la carencia de argumentos.
El resultado
Las elecciones están pautadas para el 5 de julio próximo y en ellas se verá el resultado de todo el programa de asistencia social, bajo la dirección de la candidata a la vicepresidencia, Margarita Cedeño, y lo que ha ejecutado Gonzalo y el Partido de la Liberación Dominicana, que son apoyados por el Gobierno de Danilo Medina.
Es claro que el candidato presidencial del peledeísmo también se beneficia de los programas sociales que ejecuta el gobierno a propósito de la pandemia, que acerca a cobrar la vida de más de 500 dominicanos.
Ambos esfuerzos buscan hacer coincidir las necesidades de millones de votantes. Las dádivas clientelistas vienen en una misma dirección.
Nadie puede negar que los programas “Quédate en casa” que provee de ayuda económica y alimentaria a 1.5 millones de dominicanos, el Fondo de Asistencia Solidaria, la compra de productos agrícolas a productores, entre otras cosas buscan ayudar al candidato presidencial. Y hacer que los votantes más necesitados que reciben esas ayudas provenientes de distintas direcciones, se fijen en un mismo punto.