Las familias constituyen el primer entorno educativo donde los niños aprenden valores, actitudes y comportamientos. Todas las actividades de aprendizaje realizadas a lo largo de la vida de una persona en un hogar que promueva la lectura y curiosidad, crean un ambiente propicio para que los niños desarrollen habilidades académicas sólidas.
La implicación activa de los padres en la educación, bien por el acompañamiento en tareas escolares o la participación en actividades escolares, refuerza la importancia del estudio y motiva a los niños a alcanzar sus metas.
Es necesario la reincorporación de la asignatura de Moral y Cívica en programa de estudios, porque proporciona a los estudiantes las herramientas necesarias para comprender y participar activamente en la sociedad, fomentando valores como la responsabilidad, el respeto y la tolerancia.
Si bien el rol de las familias es crucial para el éxito educativo de los niños, por cuanto influyen en su desarrollo emocional y social, la educación cívica apoya este aspecto al enseñarles sobre sus derechos y deberes como ciudadanos, en especial la importancia de la participación democrática. De esta manera, se crea un equilibrio entre el apoyo familiar y la formación cívica, preparando a los jóvenes aparte de ser buenos estudiantes, ser ciudadanos comprometidos y conscientes de su entorno.
El contexto socioeconómico también influye en cómo las familias apoyan a sus hijos. En comunidades con limitaciones económicas, es vital que existan políticas públicas que fortalezcan este apoyo familiar mediante programas sociales que ofrezcan acceso a recursos educativos. La colaboración entre escuelas, familias y comunidades puede ayudar a cerrar brechas educativas y garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad.
El apoyo familiar influye en el rendimiento académico inmediato, así como en la formación de las aspiraciones futuras de los niños. Cuando las familias alientan a sus hijos a soñar en grande y a perseguir metas educativas más elevadas, se establece un ciclo positivo que puede llevar a mejores oportunidades laborales y un mayor bienestar social.
La comunicación abierta entre padres e hijos sobre temas académicos fomenta un sentido de responsabilidad y compromiso hacia el aprendizaje. Partiendo de esta afirmación, es importante destacar que la educación más que tratar del rendimiento académico, implica formar ciudadanos responsables y comprometidos con su comunidad.
La reincorporación de Moral y Cívica en el currículo escolar representa una herramienta poderosa para enseñar a los niños sobre sus derechos y deberes como miembros activos de la sociedad. Esto fomenta en los estudiantes un sentido de pertenencia e identidad cultural.
El éxito educativo en República Dominicana en gran medida dependerá del compromiso conjunto entre familias, comunidades y escuelas. En este sentido, es fundamental que todos los actores involucrados trabajen juntos hacia un objetivo común: garantizar que cada niño tenga la oportunidad de soñar en grande y alcanzar sus metas.
Edward Rodríguez
Presidente de la Junta de Vecinos San Juan Oriental