En mayo el gasto en salud, en lugar de expandirse para atender la emergencia por la pandemia, se contrajo levemente. Los datos del Ministerio de Hacienda indican que se destinó un 5 % menos que hace un año a la gestión de los hospitales, al dirigirse 6,158.9 millones de pesos en ese mes contra los 6,488.6 millones de pesos que se gastaron un año antes.
Durante ese mes el número de los casos confirmados de COVID-19 se dispararon en casi 150 %, al pasar de 7,288 hasta 17,572 contagiados acumulados en 30 días, en medio de la flexibilización de las medidas que se comenzaron a aplicar en el marco de la desescalada a partir del 19 de mayo.
Si bien el monto del gasto acumulado para los primeros cinco meses en salud y atención hospitalaria se incrementó en 11.8 % interanual, la realidad es que la intensidad del crecimiento fue menor a la registrada en 2019, cuando se destinó un 14.4 % interanual más a la salud.
Ante una inesperada caída de los ingresos e incremento de los gastos, el Ministerio de Hacienda remitió al Congreso una reforma al presupuesto vigente para este año, que fue aprobada.
Antes de que esa nueva cuenta presupuestaria fue autorizada, la ejecución ya mostraba desequilibrios. En mayo pasado, el Gobierno Central ejecutó un gasto total de 64,377.3 millones de pesos, lo que implicó un incremento de 13.6% con respecto al año anterior.
El detalle es que mientras los gastos siguieron creciendo a un ritmo similar al registrado históricamente, los ingresos públicos se desplomaron un -37 %, al situarse en 34,801 millones de pesos.
El desbalance muestra su mayor expresión en el hoyo fiscal que se abrió producto de la pandemia. La caída de los ingresos fiscales debido al cierre de las actividades económicas no esenciales durante dos meses dejó el resultado financiero con un faltante de -29,576 millones de pesos en las arcas fiscales.